Villada celebra su primera matanza 'sin sangre'
El municipio terracampino ha organizado el festejo sin sacrificar al animal en público «para no herir sensibilidades»
marco alonso
Sábado, 11 de marzo 2017, 18:17
Guarro, marrano, cochino, gorrino, puerco... La Real Academia de la Lengua Española recoge infinidad de sinónimos de cerdo, pero en Villada saben que por muchas referencias que se hagan a este animal en el diccionario, dónde mejor está es en el plato, y por esa razón se han preparado raciones de jijas, morcilla, panceta y lomo para 3.000 personas, que se podrán degustar desde las 12.00 horas de mañana domingo en un pueblo que se ha visto anegado por ese olor a pelo quemado, por ese aroma que sirve de preludio para una gran pitanza en la que importan más los sabores que las palabras.
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Fiesta de la matanza en Villada (Palencia)
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Fiesta de la matanza en Villada (Palencia)
La feria de la matanza se lleva celebrando en Villada desde hace más de 30 años, pero no fue hasta 2001 cuando el propio consistorio convirtió esta celebración en una seña de identidad del municipio terracampino, que ayer por primera vez organizó esta fiesta de interés turístico regional sin matar al animal ante las miradas de los vecinos. «Lo hemos tenido que hacer así para que no nos buscaran tres pies al gato. Andamos con un litigio con la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales y, aunque siempre hemos cumplido con la norma, hemos preferido presentar el cerdo ya sacrificado. No queremos herir a nadie por matar al animal y hemos decidido hacerlo así», señalaba ayer el alcalde de Villada, el socialista José Antonio Alonso, que poco después quiso dedicar unas palabras a aquellos que se oponen a que la matanza de un animal se convierta en una fiesta. «Ellos hablan mucho de lo que es la tolerancia y el respeto, pero no sé hasta que punto ellos mismos saben lo que es eso. Esto se ha hecho todo la vida y si no les gusta, que no vengan. Tampoco les invitamos», explicaba Alonso.
Esta celebración es toda una fiesta y las calles de Villada lo atestiguaban. Centenares de visitantes invadieron el municipio para vivir este festejo, que ha ido ganando fuerza con el paso de los años. «Casi es más importante para nosotros que las fiestas patronales», sentenció el alcalde junto al cuerpo del recién sacrificado gorrino.
El encargado de matar al animal fue uno de los dos carniceros que trabajan en el municipio, José Agustín Olaso, un hombre que lleva al cerdo en la sangre, y es que su abuelo y su padre también eran carniceros. Este carnicero de cuna, que llegó a nacer en una carnicería, asegura que organizar lo necesario para satisfacer tantos estómagos es una labor sacrificada, pero que compensa por participar en una fiesta tan cosolidada en la provincia. «Da mucho trabajo, estamos toda la semana liados, pero merece la pena ver a la gente probar los productos que preparamos con tanto cariño», apuntaba Olaso con cara de satisfacción. «Para mí es un orgullo. Es lo que llevo haciendo toda la vida, porque también matamos cerdos a particulares que los crían por su cuenta», añadía el matarife.
10.000 euros de presupuesto. Eso es lo que ha necesitado el Ayuntamiento para que se celebre esta edición de la Feria de la Matanza, en la que un pueblo entregado a la tradición disfrutó de la fiesta con los cinco sentidos, y es que Villada en estas fechas se ve, se huele, se toca, se oye, se siente, pero sobre todo, se come.
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