El poderío del atuendo femenino
La exposición ‘Las Edades de la Mujer. Siete siglos de trajes de novia’ reúne 25 trajes de gala y de la cultura popular, tocados y alhajas de diferentes pueblos de España
Asunción García Diez
Jueves, 24 de septiembre 2015, 12:17
La exposición Las Edades de la Mujer. Siete siglos de trajes de novia reúne 25 trajes históricos, de gala y de la cultura popular, además de 13 tocados históricos y populares, alhajas de diversos puntos de España, ajuares de bautizo y de boda y algunas piezas bordadas.
El montaje, inaugurado en el Centro Cultural Provincial, constituye «un viaje por la historia, a través de los ojos de la mujer y de su indumentaria, que es diversa y divertida, y que refleja la sociedad, la cultura, la forma de pensar y el sentimiento de cada época», en definición del comisario de la exposición, Manuel Sánchez Hoyos. Así, Las Edades de la Mujer ofrece un bonito e interesante espectáculo, en consonancia con el «variado y riquísimo patrimonio» que posee España en esta materia, y en particular, Castilla y León.
Entre los atuendos destacan dos grandes trajes de novia de la cultura española, el de Lagartera (Toledo) y el traje de vistas de La Alberca. Este último de la localidad salmantina está considerado el traje de novia más antiguo de Europa, con 11 kilos en plata, coral y tejido, del siglo XII al siglo XVIII, y recoge iconografías de las culturas de aquella etapa, judíos, musulmanes y cristianos. Así aparecen elementos como la uña de la gran bestia, que simboliza la protección del demonio; la media luna islámica; la castaña de indias, contra el dolor menstrual y de hemorroides, y el coral, moneda de cambio de la época.
El atuendo, prolijo en complementos, es una clara muestra de ostentación y refleja «el poderío de la casa», así como la sociedad matriarcal española, pese al machismo. Y es que la mujer era la depositaria de la riqueza, puesto que recogía y administraba los ingresos de las cosechas y los invertía en alhajas un concepto más amplio y rico que el de la joya, que podían venderse si se necesitaban ingresos, según detalló Sánchez Hoyos.
Asimismo, en la exposición se presenta una reproducción del traje de boda de la primera mujer de Felipe II, María Manuela de Portugal, un vestido del siglo XVI, guarnecido de círculos concéntricos, denominados verduguillos, y un traje de gala de la corte de Felipe II, armado con el conocido guardainfantes. Junto a estos, un atuendo más de gala, del siglo XVIII, de la corte de Francia, con mayor ornametación y sofisticación.
Entre los trajes no falta el de madrina de Palencia, aportado por el grupo de danzas Jorge Manrique. Se trata de un atuendo de finales del siglo XVIII y principios del XIX, con elementos originales y otros reproducidos. Es un atuendo de mujer casada, formado por mantón, manteleta y manteo, con más de 150 años. En el picado del mantón puede leerse el nombre de la dueña, Paula Rodríguez, de Grijota, y no falta la faltriquera ricamente bordada, según resaltó la presidenta del grupo de folclore, Esther Miguel.
También han hecho aportaciones productoras cinematográficas de RTVE, con trajes confeccionados para películas, como El asesinato de Prim, Dónde vas Alfonso XII e Isabel.
El atuedo popular queda reflejado en el traje de pasiega (Cantabria) y de alcaldesa de Zamarramala (Segovia), hasta llegar al siglo XX, con vestidos más sensuales, en los que se acentúan las formas femeninas. «Lo que hay que hacer es acercarse a verla y vivir la sensación que he tenido yo al contemplar estas obras de arte, que cuetan la historia de muchas mujeres a través de sus vestidos», subrayó la presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén.
En el mismo sentido, la diputada de Cultura, Carmen Fernández, incidió en que es una exposición «para verla y vivirla». Añadió que da idea del cambio de vida de las mujeres desde los vestidos «de sufrimiento extremo hasta la total comodidad».
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