Ciencias del Trabajo cumple las bodas de plata con un profesor por cada diez universitarios

Las bodas de plata son un motivo más que suficiente para vestirse de gala. También en el ámbito universitario Palencia se engalanará en los próximos días porque los estudios de Relaciones Laborales cumplen 25 años (la facultad ha organizado unas jornadas los días 29 y 30). Fue en el curso 1989-1990 cuando el título arrancó con un grupo de alumnos, retomando el antiguo seminario de Estudios Sociales que dependía de la Universidad de León. Han sido varios los cambios de denominación y de planes de estudios que ha experimentado esta carrera, que en 1994 pasó a denominarse Relaciones Laborales y que siete años después agregó como licenciatura un segundo ciclo de Ciencias del Trabajo, lo que hizo también que se transformara de escuela en facultad. Fue en 2001, coincidiendo con el traslado del centro del edificio de los Huérfanos de Ferroviarios en el Camino de la Miranda al nuevo campus de La Yutera. Después, en el curso 2009-2010 por la adaptación de los estudios universitarios españoles al Plan Bolonia, estos estudios se convirtieron en el Grado en Relaciones Laborales y Recursos Humanos que es ahora.

En un rápido vistazo son muchos los cambios experimentados por el centro, cuyas cifras también concluyen que la matrícula ha caído a un tercio entre su cota más alta y la actual. Yes que en el curso 1995-1996 (en sus primeras promociones), cuando el centro registró la mayor matrícula de su historia, contaba con 720 alumnos, mientras que ahora tiene 220 matriculados. Esta caída del alumnado que no es exclusiva de Ciencias del Trabajo, sino que es un mal que ha aquejado a todos los títulos universitarios tiene una traducción en positivo, que es la mejora en la atención a los estudiantes. Yes que desde aquel 1995-1996, con la matrícula en la cota más alta, hasta el curso actual, el número de alumnos por profesor se ha reducido a la mitad, pasando la ratio de 20 a 10. Y eso que la plantilla de profesorado también ha caído de 31 a 21 en ese mismo periodo analizado.

La reducción de profesores es un aspecto que el decano de la Facultad de Ciencias del Trabajo, José Antonio Orejas, observa con verdadera preocupación, ya que la media de edad de los docentes que actualmente ejercen en el centro es de 52 años, y entre ellos la tasa de funcionarios o contratados fijos es del 81%, una de las más altas de la Universidad de Valladolid en Ingenierías Agrarias este índice también se sitúa en torno al 80%, mientras que en la Facultad de Educación es del 47%. «La situación es preocupante, porque dentro de diez años media plantilla se habrá jubilado, y a eso se añade que no se reponen las plantillas. Además, la crítica situación recuerda que se han ido los más jóvenes y bien formados que integraban nuestra cantera, con una idea exacta de lo que era el título, con el doctorado y muy vinculados con el territorio», explica José Antonio Orejas.

No obstante, el balance de estos 25 años también tiene aspectos muy positivos, como que 200 directores de Recursos Humanos o cargos similares de empresas de toda España se han titulado en la escuela palentina. En ese marco, la facultad mantiene un convenio con un convenio con la Red Directores de Recursos Humanos de Castilla y León, que permite que los alumnos del centro palentino puedan hacer prácticas en alguna de las 240 empresas más importantes de Castilla y León, que son las que tienen departamentos de Recursos Humanos, y además en otras provincias de España o incluso del extranjero, ya que a los programas Erasmus la facultad va sumando convenios hasta llegar a extenderse a los cinco continentes. «La internacionalización forma parte de la filosofía de nuestro centro, las estancias en el extranjero otorgan unas competencias inigualables a nuestros alumnos», añade el decano.

También el centro palentino se vanagloria del elevado índice de inserción laboral que han registrado sus graduados. Yes que el 63% de ellos han encontrado trabajo en el año siguiente a terminar sus estudios, «si bien en muchos casos la calidad y la temporalidad de esos empleos dejan mucho que desear», matiza el decano de Ciencias del Trabajo. «Trabajamos también la responsabilidad social y ahí debemos implicarnos al máximo en la inserción laboral de nuestros alumnos en nuestra comunidad, porque el título puede resultar costoso o no dependiendo del parámetro de la empleabilidad», plantea.