El Cristo perdona al Simancas y pasa nervios al final
Los de Toño Marcos desperdiciaron un penalti antes del descanso con 2-1 y permitieron a los vallisoletanos inquietar en los últimos minutos
Ricardo Sánchez Rico
Jueves, 2 de abril 2015, 20:09
A priori, el partido tenía menos alicientes que la Semana Santa en Finlandia, salvo por los huevos de Pascua, que a nadie le amarga un dulce. Y como el chocolate dicen que es sustitutivo del sexo, pues mejor todavía en estas fechas de ayuno carnal. Pero el Danisa Cristo Atlético y el Villa de Simancas se encargaron de animarlo de inicio, con una salida goleadora por parte de ambos equipos. Así, pasado el minuto de juego, una buena jugada de Aitor por la banda izquierda la culminó el espigado delantero con el pase de la muerte a Colino y el remate a placer de este al fondo de la portería de Asenjo. Mejor no se le podían poner las cosas a los de Toño Marcos ante el colista, incluso alguno había ya que pensaba en tarde de goleada, de cornetas y tambores en los oídos del meta vallisoletano. Pero no. En una falta botada en el minuto 9 desde el perfil derecho del ataque del Villa de Simancas, la cabeza de Guilhe asomó por encima de las demás y su remate en perfecto giro acabó dentro de la portería de Montero. Un gran gol para devolver el partido al statu quo inicial.
Siguieron después unos minutos de más insistencia local, el Cristo seguía teniendo el balón e intentaba guiarlo por la banda de Ricky, pero el Villa de Simancas se defendía sin grandes agobios. Y desde esa banda, desde la derecha del Cristo Atlético, llegó en el minuto 24 la acción de mayor calidad hasta el momento, en un disparo fuerte de Hassam a puerta desde fuera del área que cogió la trayectoria adecuada y terminó en gol. En otro gran gol, independientemente de que el jugador tirase a puerta o intentase centrar. En Finlandia habrá huevos de pascua, pero en Castilla hay torrijas en estas fechas festivas y el tanto del menudo jugador del Cristo supo a eso, a pan mojado en leche y miel. Nada cambió con el 2-1, los de Toño Marcos siguieron atacando, muy activos y móviles sus jugadores en ataque, y gozaron de buenas ocasiones con los disparos de Cuenca y Hassam. El Cristo Atlético se sabía y se sentía superior al Villa de Simancas, funcionaba su centro del campo y su juego combinativo, pero los vallisoletanos llegaban esporádicamente con peligro. Había que cerrar el partido lo antes posible y disponerse cada cual a procesionar como gustase, que para eso se había adelantado el encuentro al Jueves Santo, y la ocasión llegó en el minuto 42, con el derribo de Kelvin a Hompy dentro del área y el árbitro señalando el punto de penalti. Aitor se encargó de lanzar la pena máxima, pero el balón se fue arriba, desperdiciándose así un 3-1 antes del descanso que hubiera supuesto ya un Gólgota para los de Diego Macón.
Ritmo más bajo
¿Se lamentaría el Cristo Atlético en la reanudación de las ocasiones falladas en la primera mitad? Estaba por ver, pero el Villa de Simancas no daba sensación de disputar el partido en los primeros compases del segundo tiempo. Hassam seguía muy participativo, Hompy sujetaba el medio del campo y Aitor se mostraba incisivo en ataque, aunque había alguna que otra imprecisión atrás y Álvaro, que había entrado de refresco en el Villa de Simancas, mejoraba algo el ataque simanquino. Bajó además un poco el ritmo del encuentro, solo reavivado por los disparos lejanos de Hompy y Colino, y superado el minuto 65, el Cristo Atlético seguía permitiendo soñar al Villa de Simancas con rascar un punto de La Balastera.
Desde la grada le repetían al equipo de Toño Marcos que aún no había acabado el partido, que nadie se relajase, conforme el Villa de Simancas iba haciéndose con el balón y el control. Rodri, en el minuto 74, avisó de que no había armisticio, de que el colista había pasado ya página de la goleada la pasada jornada en casa ante el líder, la Arandina (0-7). Si el Cristo quería sumar su séptimo punto en las tres últimas semanas, no podía bajar la guardia, pero eran los peores minutos de los locales, al menos los más conservadores. Víctor, que había relevado al lesionado Héctor, se mostraba dubitativo en el lateral izquierdo, y no había fluidez en el juego local, con Hassam de más a menos. Sí se lamentaba el Cristo de haber dejado vivo al rival, máxime cuando Remus cortó un avance con mucho peligro de Rodri casi ya con el tiempo cumplido. Mikel pudo marcar después, pero gracias a que el Villa de Simancas parece oriundo de Helsinki y el tararú no le despierta emociones, que si no...