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Ayuntamiento de la localidad palentina de Cisneros A. Quintero

Un verano que no termina de ser verano

Crónicas de gentes recias ·

Parecíamos tontos ejecutivos de ciudad perdidos en una meseta que Dios quiso hacer sin sombra

Pablo Merino

Sábado, 17 de julio 2021, 08:37

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El coche olía a calor. Ese olor a textil recalentado, a densidad maquinaria del automóvil que pasó varias horas bajo el sol de julio. ... Íbamos mi compañero Jesús y yo, girando rotondas, con mi ajado Renault Modus noventa caballos de vapor, camino de Cisneros. Y pasadas las rotondas íbamos surcando la CL-613, despacito, sin ninguna prisa, hablando de nuestra infancia y de las fiestas populares que nos arrebató el mundo moderno. Hacía mucho sol y el campo enseñaba sus primeras giganteas en suavísimas lomas cerrateñas que parecen no tener fin. No rebasábamos los ochenta kilómetros por hora, pacientes tras un remolque antiquísimo, rojo y blanco, de una empresa agromaquinaria de Santillana de Campos que se escoraba hacia el arcén para dejar paso a grandes tractores John Deere. Las nubes moteaban el cielo y todo estaba tan tranquilo que resultaba inquietante, un jueves cualquiera de verano.

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