García-Gallardo felicita a Mañueco, tras el debate de investidura del pasado martes. A. MINGUEZA

Tres vicepresidentes, tres

LA ESPITA ·

Quien crea que Mañueco tendrá manos libres y que Vox será dócil en la Junta se engaña. Solo la indolencia de este PSOE regional tranquiliza al presidente

J. I. Foces

Valladolid

Domingo, 17 de abril 2022, 00:36

El próximo martes se conocerá el Gobierno de Castilla y León nacido del pacto PP-Vox que parieron las urnas el 13-F. Los consejeros ... de Vox se conocen desde hace semanas: Gerardo Dueñas, exgerente de Asaja, para Agricultura y Ganadería; Gonzalo Santonja, director del Instituto de la Lengua con el PP, para Cultura, y Mariano Veganzones, excargo popular y excargo de Ciudadanos, para Industria y Empleo. Y un vicepresidente, Juan García-Gallardo, sin cartera política. Esta alineación se antoja, a priori, del montón. Cuatro bienmandados, que es lo que quiere Santiago Abascal, presidente nacional de Vox y, en la práctica, factótum de su partido en la Junta de Castilla y León y único interlocutor válido para Alfonso Fernández Mañueco.

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He ahí la madre del cordero del Gobierno que tomará posesión el miércoles, una vez que el próximo martes lo haga Mañueco en loor de multitud. Pero no nos engañemos: la noticia de su toma de posesión no la va a protagonizar él. Ni mucho menos. Ni la presencia de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de Madrid, que hace días se apresuró a decir que hasta ha cambiado su agenda para estar en las Cortes de Castilla y León pasado mañana. El protagonista, el auténtico protagonista de esa toma de posesión es ya el presidente nacional del PP y todavía presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo. No acudirá a Valladolid pasado mañana. La excusa-argumento es que empieza las reuniones como máximo líder del PP con los agentes económicos y sociales de ámbito nacional. Qué curioso, precisamente el diálogo social, una de las políticas que más va a sufrir en Castilla y León con el pacto con Vox.

Mientras eso forma parte del atrezzo de la toma de posesión, lo mollar va a estar en el Gobierno que presidirá Mañueco, que no va a tener un vicepresidente, como nos van a vender en el Boletín Oficial de Castilla y León; en la práctica, lo que va a pasar es que el Gobierno regional del PP con Vox va a tener tres vicepresidentes: uno de derecho, el burgalés García-Gallardo, y dos, de hecho.

Por partes.

Santiago Abascal, en la tribuna de invitados de las Cortes de Castilla y León, con la popular Ana Pastor. ICAL

El vicepresidente de derecho, va a ser el cabeza de cartel de Vox en las elecciones del 13 de febrero. No va a tener funciones concretas. Vamos, las que se le atribuyen por el pacto PP-Vox son la esencia de lo insulso que tiene la política para justificar poltronas. Más que gestionar parece que lo que buscan Vox y García-Gallardo es disponer de gabinete y coche oficial para hacer política de partido por las nueve provincias para lo que vendrá. Y es que en menos de un año estaremos sumergidos en la campaña de las elecciones municipales en Castilla y León y también de unas generales si al final Pedro Sánchez lo ve tan malito para el PSOE que decide adelantarlas.

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Tudanca recibe el aplauso de sus procuradores en el pleno d einvestidura. ALBERTO MINGUEZA

Sin embargo Mañueco, aunque no salga eso en el Bocyl, va a tener otros dos vicepresidentes de hecho que añadir a García-Gallardo, que no se sentarán en el Consejo de Gobierno, a los que no se verá junto a Mañueco, pero serán esenciales en el periodo que se abre el próximo miércoles. Uno, Santiago Abascal. El presidente de Vox, empeñado en que su partido entrara en el Gobierno de Castilla y León, va a ser quien decida desde Madrid políticas de esta tierra. Y hará que se note, que para eso han decidido empezar por Castilla y León su entrada en los gobiernos y dejar de apoyar al PP desde fuera. Solo resultados como el de Ayuso en Madrid (que el PP sume más que toda la izquierda) le imposibilitará a Vox sentarse en consejos de gobierno... o de ministros.

El otro vicepresidente de hecho será el secretario regional, que no líder, del PSOE, Luis Tudanca. Su indolente oposición al PP y a la Junta, que acumula siete años de experiencia con penosos resultados electorales, será esta legislatura más necesaria que nunca para Mañueco. Y seguro que este le mima como si fuera su vicepresidente de verdad para que siga el socialista haciendo lo que sabe a la perfección: nada de control y menos de alternativa.

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