Superconsejero Abascal
LA ESPITA ·
Con Pedro Sánchez y el PSOE en sus momentos más bajos, Vox vive su etapa más dulce ayudado por los errores de un PP que sigue a la espera de líderAl presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se le está poniendo cara de José Luis Rodríguez Zapatero. Las crisis se le superponen, unas por circunstancias externas (pandemia, guerra en Ucrania), otras por errores y torpezas propias (Marruecos y el Sahara) y otras por ir de sobrados (huelga de transportes). La casi tormenta perfecta que provoca en la sociedad esa superposición de crisis está llevando a Sánchez y al PSOE a su momento más bajo; si lo trasladamos a Castilla y León, los socialistas transitan por el subsuelo, derrotados en las urnas del 13 de febrero y con un Luis Tudanca, secretario regional que no líder del partido, desde la noche electoral sentenciado y con cara de no disimular que quiere salir pitando cuanto antes del potro de tortura que es ese cargo tan bien pagado (97.800 euros anuales en las Cortes) pese a seguir en la oposición.
Nadie culpa al gobierno de la pandemia ni de la guerra, pero en el PSOE crece el temor a lo que pueda pasarles en las próximas convocatorias electorales. El volantazo con la política hacia Marruecos fue dado a conocer por el gobierno de Mohamed VI, en una muestra de que tanto Sánchez como su ejecutivo y el PSOE han caído como lilos en las redes del monarca alahuí. Crisis con sorna, que duele más. Y con lo de la huelga de transportes... ¿Dónde cree que va el PSOE insultando a los camioneros? ¿Pero cómo puede decir la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, que los camioneros que paran son de ultraderecha? La gestión de la crisis de transportes está siendo tan torpe por parte del Gobierno Sánchez que las consecuencias a diario se miden en cientos de votos que pierde el PSOE. Hay caras largas en las sedes socialistas.
Mientras, en el PP de Castilla y León, las caras son de incredulidad. ¡A estas alturas del pacto con Vox y sin Gobierno en la Junta! Si atendemos a lo que sale de la derecha extrema, se las están haciendo pasar canutas a los de Alfonso Fernández Mañueco, como cuando se constituyeron las Cortes. Si hacemos caso a lo que sale de la derecha-derecha, ¿qué se ha pensado Santiago Abascal? ¿Que le van a entregar todo lo que pida? ¡Já! Pero para no entregárselo, como que tardan en sellar el reparto de consejerías. Los del PP regional pensaban que la semana que empieza mañana iba a ser la de la doble coronación. Por un lado, la de Mañueco como presidente de la Junta; por otro, la de Alberto Núñez Feijóo como presidente nacional del PP. Esta es segura: el domingo 3 en Sevilla. La de Mañueco, para que llegue allí como presidente con todas las de la ley, no está tan claro que llegue a ser.
Pero si los de Vox son un pelín menos arrogantes de lo que aparentan, deberían tener la mosca detrás de la oreja siempre que se sienten a negociar con los de Mañueco y aprender de lo que le pasó a Ciudadanos. Juan García-Gallardo, cabeza de lista de Vox, ya se parece a Mañueco en dos cosas: no prepara las ruedas de prensa y tiene poca cintura ante los periodistas. Pero si no quiere acabar como Francisco Igea, el exconsejero de todo lo de Ciudadanos en la Junta menos Cultura porque no llegaba, tendría que fijarse en dónde está este: con resaca de poder y en el grupo mixto reducido a la irrelevancia. Y si atiende al ejemplo de los ciudadaneros, García-Gallardo debería no perder de vista una cosa: los de Mañueco son especialistas en engañar al que negocia con ellos. Si lo saben los pobrecitos de Ciudadanos...
Así que los de Vox que vayan teniendo mucho cuidado con la redacción del contenido del decreto que regule la estructura del Gobierno de Castilla yLeón en cuanto sean nombrados los consejeros: ese decreto distribuye las competencias de cada departamento de la Junta y, como recoge el dicho popular, lo que diga va a misa.
Eso sí, antes del decreto algo está ya muy claro, tal y como funciona Vox: su presidente nacional, Santiago Abascal, será el superconsejero de su partido en la Junta de Castilla yLeón y los cuatro que se sienten en el Consejo de Gobierno por Vox, a cumplir las órdenes que les lleguen desde Madrid. Ya ha trascendido que hasta los nombramientos del personal administrativo de sus altos cargos aquí se van a decidir en Madrid. Manda el superconsejero Abascal.