
Rebeldes honestos: el arte de llevar la contraria
«Hay que aceptar que en nuestra tierra hay un enorme sesgo a respetar el 'statu quo' y no querer ser un insubordinado»
Fco. Javier Cantera Herrero
Sábado, 26 de marzo 2022, 00:13
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Fco. Javier Cantera Herrero
Sábado, 26 de marzo 2022, 00:13
El inconformismo implica progreso, y anular la disidencia hace ralentizar la evolución sociocultural. Con estos premisas me quede en la cabeza tras leer el libro ... del psicólogo Todd Kashdan llamado 'El arte de llevar la contraria'. Toda evolución social ha necesitado de estas personas inconformistas que han retado a lo políticamente correcto. ¿Dónde están los rebeldes honestos de Castilla y León? O tenemos personas instaladas en la ortodoxia del conformismo que solo tiene voz para decir que esto no tiene arreglo o tenemos los ortodoxos de la heterodoxia que dice que hay que cambiar todo. No estaremos hartos de defensores del todo y/o de la nada. Cuando nuestro querido campo nos ha enseñado una enorme paleta de grises.
El blanco o el negro, nos lleva a la confrontación y al eterno debate del conmigo o sin ti. En las empresas cada vez más buscamos talentos inconformistas, que sean 'intraemprendedores' dentro de la empresa, que nos permitan evolucionar y cambiar desde dentro y no buscamos seguidores de los líderes y ni revolucionarios de la empresa. ¿Pero cómo podemos ser un rebelde honesto en Castilla y León? Ante todo sabiendo el arte de llevar la contraria, los estudios de psicología indican que el debate constructivo de ideas implican saber que hay que cambiar las ideas, por eso es tan importante entrar en estos debates con una actitud de aceptar que vas a cambiar. Si entramos a llevar la contraria con la plena convicción de que nunca vas a cambiar, empezaremos a no saber llevar la contraria y a exigir una férrea demostración de las otras ideas y una exigua exigencia a las nuestras. ¿Cuáles son las claves del arte de llevar la contraria?
Querer ser parte del rebaño, un rebelde honesto, no quiere destruir sino evolucionar, porque es parte de la solución y no del problema.
Conocer las otras ideas, cuanto más profundamente mejor, leyendo sus medios de comunicación y no basarnos en un altivo desprecio fruto del desconocimiento y desconsideración inicial.
Huir del concepto 'statu quo', este nos da paz de pensamiento, pero nos aborregada socialmente. Y la gente cree que dependemos del 'statu quo' para progresar, y es una gran falacia de «vendrán tiempos mejores» sin poner focos que si nosotros no cambiamos nunca vendrán tiempos mejores. Hay que aceptar que en nuestra tierra hay un enorme sesgo a respetar el 'statu quo' y no querer ser un insubordinado.
Amar la discrepancia teniendo al lado a personas que opinen diferente, estando abierto a cambiar por convicción de otras ideas y utilizando intensamente tu capacidad de persuasión para debatir las ideas hasta el final.
Estas ideas-fuerzas necesita de unos principios de acción que aconseja la psicología para proceder a ser un buen rebelde honesto. Qué son:
El rebelde honesto es un miembro de la comunidad y no es un intruso. Debe sentirse, expresarse y vivir el grupo que quiere cambiar. Es importante tener «crédito de idiosincrasia» lo llama Todd Kashdan. Nadie de fuera de Castilla y León puede ser nuestro rebelde honesto, sino alguien de nuestro territorio y este crédito idiosincrasia lo vamos gastando según ejercitemos el inconformismo dentro del grupo. Este «crédito» se genera conociendo y participando en los problemas, ser parte del grupo, no predicando sin sudar.
El rebelde honesto trata de tener una estrategia amistosa, no rompe reglas sino forzar las existentes hasta el límite posible. No es una persona instalada en el insulto, la descalificación, sino en la crítica para crecer y en el querer cambiar con todos. Este rebelde no busca destacar por su ego sino hacer crecer y triunfar un cambio plausible que implica una evolución social.
El rebelde honesto es objetivo. Frente a los hechos incuestionables cambia su discurso. Queremos líderes que cambien y no que tenga las mismas ideas desde hace muchos años. Nos preocupa la 'obsolescencia mental' del que siempre piensa igual, confundiendo tener valores con poseer ideas inamovibles. Los valores son anclajes morales que cambia para adaptarse a nuevos cambios sociales.
Os invito a que veáis con ojos del siglo XXI una película del siglo XX y os planteéis cómo hemos evolucionado en nuestra percepción. El otro día vimos mi pareja y yo 'My Fair Lady' y nos volvió a encantar la película, pero la sumisión femenina no es posible a los ojos igualitarios actuales, gracias a Dios.
El rebelde honesto se le debe notar que es valiente al exponer sus ideas. La osadía del que cree desde la buena fe de sus ideas. Los alardes de coraje y los costes personales son grandes herramientas para conseguir cambiar unas ideas sociales. El coraje sin coste personal es espuma y el coste personal sin darle el valor del objetivo de cambio es un esfuerzo baladí. La percepción del altruismo del rebelde honesto es muy válida para conseguir la evolución social.
El rebelde honesto es una estructura mental consistente en sus argumentos, pero a la vez flexible a aceptar cambios, incorporaciones, evoluciones, progresos, aceptar errores, visualizar consecuencias no previstas, etc. Hay valores consistentes y conductas flexibles, como bien saben los ingenieros de caminos: los mejores puentes son los consistentes con flexibilidad.
Estos principios con las claves anteriores deben llevar a entender que es un rebelde honesto pero su éxito depende de tres condiciones:
Toda rebeldía honesta necesita de un grupo de acción, sólo nadie se cambia. Jesucristo necesitaba a los apóstoles y cualquier líder empresarial se caracteriza por su equipo en el cambio. Pero tener un grupo implica confluir las ideas con las emociones para cohesionarse en los objetivos comunes. Aceptar que no es lo importante ser rebelde sino conseguir que el cambio sea posible. Las obras es el fin y no el aura de ser un héroe social.
Saber gestionar la adversidad, todo rebelde honesto va a tener muchas más situaciones negativas que si eres un simple ortodoxo o un clasificado como heterodoxo. Hay que soportar el dolor al rechazo, el ninguneo de tu acción y lo que es peor, la descalificación por intereses personales. Frente a este dolor hay que buscar sentido al cambio propuesto y tener entereza mental. La fuerza psicológica de aceptar las críticas y saber ganar guerras perdiendo batallas.
Y por último, saber ser generoso con los que tienen que cambiar. No vale «ya te lo dije», sino «gracias por lo que decimos ahora». Saber atraer con generosidad el cambio de los demás que sabemos que les está costando mucho por su cambio personal. La generosidad del rebelde honesto se demuestra en evitar el recuerdo de las situaciones anteriores y sólo instalarse en el disfrute del futuro.
¿Dónde están los rebeldes honestos de Castilla y León? Aquellos que piensan fuera de la caja para construir una mejor caja. ¿Se fomenta el pensamiento el crítico en Castilla y León? O simplemente denostamos a cualquier rebelde con nuestra famosa frase «Qué querrá…» Creo que el inicio de nuestro cambio en Castilla y León está en la evolución de nuestra psicología social. Y como decía mi abuelo palentino cuando le contaba cómo había cambiado fulanito y me sentenciaba «Mira a ver si había cambiado él o has cambiado tú», y modestamente, me encantaría poder ser un rebelde honesto castellano y leonés. Yo me apunto a la santa cofradía del aporte y no del reproche que decía nuestro, querido Sabina.
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