Ranas 'made in Castilla y León'
LA ESPITA ·
El presidente Mañueco está de enhorabuena: los dolores de cabeza que le levantan sus socios de Vox se los disipa el secretario regional del PSOEDefinitivamente, Alfonso Fernández Mañueco tiene baraka, esa especie de protección divina de los jerifes y que, fuera de ellos, ayuda a caer de pie a ... quien la recibe, en este caso el presidente de Castilla y León. La última muestra de que esta teoría no está desencaminada se ha producido en el último comité regional socialista, celebrado en Valladolid con el inicio del mes. El secretario regional del PSOE, que no líder, Luis Tudanca ha asegurado que no se va del cargo y que se quedará hasta que Castilla y León sea socialista (sic).
Cuando peor es el momento de Mañueco y el PP por la confluencia de la inacción de la Junta de Castilla y León y el desprestigio exterior por las 'boutades' de los dirigentes de Vox, en las que lleva la voz cantante el vicepresidente sin tarea Juan García Gallardo (al que por cierto, desde Madrid ya le controlan las apariciones públicas, como el pasado jueves, para que «no le metan el micro», por lo que pueda decir) en clara competencia con 'Cazacomunistas' Mariano Veganzones, consejero de Industria, Comercio y Empleo, va el secretario regional socialista, que no líder, y le regala al presidente de Castilla yLeón la garantía de su permanencia al frente del grupo parlamentario y del partido, lo cual se traduce en una evidencia clara: Mañueco y los suyos podrán seguir campando a sus anchas en su parálisis ejecutiva debido a que enfrente seguirán sin tener control ni alternativa. Que no ahorma esta y no hace oposición se lo lleva Tudanca garantizando al PP desde que hace ya ocho años asumiera la dirección del PSOE en Castilla yLeón. Ahora, en menos de seis meses ha pasado de sollozar aquel «Otros vendrán que harán más», de la noche del adelanto electoral, a decir que se queda hasta que Castilla yLeón sea socialista, que exclamó en el último comité regional socialista entre los aplausos de sus incondicionales.
Cuando más crítica es la situación de Mañueco ante la dirección nacional de su partido, con un Alberto Núñez Feijóo que sigue sin conceder al presidente de Castilla y León ni una hora a solas, va el secretario regional socialista, que no líder, y dice que se queda. Mañueco, feliz. No le querrá ver ni en pintura el presidente nacional de su partido, que seguro que rodea Castilla y León camino de Galicia para no encontrarse con él, pero ahí tiene a Tudanca que si algo le garantiza es pasividad como oposición: ni control ni alternativa. Y, además, es capaz de seguir preparando crisis provinciales de la mano de su secretaria de (des)Organización, la zamorana Ana Sánchez, que después de haber dejado en 2019 al PSOE de Zamora casi en la irrelevancia, va camino de conseguir lo mismo en Ávila, donde acaba de expulsar a cinco diputados provinciales de los que ganan elecciones en sus pueblos, con el exnúmero dos regional socialista Pedro José Muñoz a la cabeza. Cualquier disonancia en el PSOE regional le cuesta la cabeza al que la protagoniza. El alcalde Toro, Tomás del Bien, sabe perfectamente lo que es eso. Ganar elecciones en el PSOE de Tudanca es castigado si se te ocurre no decir amén al jefe, que no líder.
Y cuando más sonrojante es el papel de Mañueco en el contexto autonómico nacional, como único presidente de un gobierno de coalición con los de Santiago Abascal, y más débil su posición como mandatario ya que adelantó elecciones, como hicieron Isabel Díaz Ayuso y Juan Manuel Moreno Bonilla, pero al contrario que estos, quedó preso de Vox, va el socialista Tudanca y alza la voz para decir que se queda hasta que Castilla y León sea socialista.
Hay una circunstancia más que evidente en el proceder del secretario general, que no líder, del PSOE regional. Si se queda es porque no tiene dónde ir. Sus sueños de una salida a un muy bien pagado escaño en el Parlamento Europeo (sí, hay escaños aún mejor pagados que los de las Cortes de Castilla y León, donde por no hacer ni oposición se cobra hasta casi 100.000 euros al año) se han desvanecido.En Ferraz, donde su admirada Adriana Lastra pasa por sus horas más bajas después del batacazo de Andalucía, no quieren saber nada de Tudanca; bastante tienen ellos como para pensar en alguien que no gana elecciones y que, cuando lo hace, se duerme en los laureles.
Si Tudanca ha perdido dos elecciones y cuando ganó fue incapaz de moverse para conformar un Gobierno regional; si resulta que nunca ha hecho oposición efectiva ni ha construido una alternativa a la derecha, ¿cómo va a hacerlo ahora para que, como dice, Castilla y León llegue un día a ser socialista? ¡Ah! Añadan a esto los pactos de Pedro Sánchez con Bildu y ERC y puede que esté gestándose un nuevo tipo de ranas, las Ranas 'made in Castilla y León', porque con el no hacer de Tudanca, Castilla y León será socialista cuando las ranas tengan pelo.
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