Una mirada hacia la esperanza económica
Es imprescindible que de producirse nuevos incrementos del SMI en 2022 y 2023 estos sean coherentes y responsables en el tiempo atendiendo a la realidad económica y social existente
El último Observatorio Económico de ECOVAEstudios constató que la realidad existente es la de una recuperación de la economía castellano leonesa, que avanza con paso ... firme y con previsiones esperanzadoras para el próximo año, pero que necesita de una estabilidad sanitaria y económica para que ese ritmo se pueda mantener en lo que queda de 2021 y a partir del próximo año 2022.
Bien es cierto que, de un escenario de incertidumbre, ahora nos adentramos en otro más halagüeño que podríamos calificar de certidumbre, ya que existen una serie de realidades que están provocando fuertes subidas de la actividad económica de la región, como son la reapertura de los sectores productivos al disminuir las restricciones, la no adopción por parte del Gobierno Regional de restricciones severas que frenen la actividad económica, así como la normalización de la vida cotidiana de los ciudadanos.
No obstante, aún quedan flecos por perfilar que hacen que la reactivación no sea plena, como son la falta de ayudas directas a empresas, así como la llegada de los Fondos Europeos «Next Generation», que deberán gestionarse con responsabilidad para que el resultado sea eficaz y eficiente. Por todo ello, las expectativas de crecimiento son optimistas, ya que la recuperación está cogiendo fuerza en la región tal y como lo han mostrado los indicadores analizados por ECOVAEstudios, como son el aumento de la tasa de empleo y de actividad económica, la reducción del desempleo registrado, o el aumento de los contratos.
Llegados a este punto podemos plantearnos qué se debe hacer, por lo que es del todo necesario crear empleo con urgencia y no destruir el que ha ido a parar a los ERTE, por lo que, una vez más, estos fondos europeos son determinantes a la hora de implementar políticas activas de empleo.
En Castilla y León contamos con unos de los menores aumentos anuales en la tasa de inflación, donde la inflación subyacente se mantiene en niveles similares a la media de los últimos años, pero donde la inflación como tal (los precios energéticos, alimentarios y de bienes de consumo) va a acabar trasladándose de forma asimétrica al conjunto de precios de la economía. Y esta realidad la sufren directamente las familias al encarecerse la cesta de la compra, al afrontar mayores precios en los bienes de consumo, así como una pérdida de su poder adquisitivo, que conlleva a una desconfianza generalizada de los consumidores, incrementándose el ahorro en detrimento de su intención de compra. Por el contrario, la confianza del empresario castellano leonés ha aumentado gracias a esa reducción de la incertidumbre.
En base a todo ello, a la fuerte recesión del 2020 le sigue una expansión de gran calado basada en política fiscal y monetaria, y apoyada en el manejo de la pandemia y en el comportamiento del consumidor; donde podemos asegurar que el peligro de que se diera una estanflación (incremento del desempleo con inflación) ha disminuido considerablemente.
Para el año 2022 se prevé un crecimiento, no siendo hasta el 2023 cuando se alcancen las cifras previas a la pandemia, siempre que se controle la inflación y se logre una eficiente y eficaz aplicación de los fondos europeos Next Generation. Finalmente añadir que para que estos valores se den es imprescindible que de producirse nuevos incrementos del SMI en 2022 y 2023 estos sean coherentes y responsables en el tiempo atendiendo a la realidad económica y social existente, por lo que el consenso entre todos los agentes implicados en el diálogo social es de suma importancia para seguir en la senda de la esperanza económica.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión