Me diagnosticaron con síndrome de Asperger, desorden obsesivo compulsivo, y mutismo selectivo. Básicamente eso significa que solo hablo cuando creo que es necesario. ... Ahora es uno de esos momentos». Así dijo Greta Thunberg, en 2018, cuando era una adolescente de quince años. Obviamente, tener tales desórdenes presenta problemas, pero los ha superado notablemente.
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En su breve vida, la joven sueca ya ha sido elegida, por encima del presidente de los EE UU, 'Person of the year' (persona del año) por Time, la revista americana, además de ganar numerosos premios muy prestigiosos en el ámbito internacional, como Embajadora de Conciencia, de Amnistía Internacional, o el del Nordic Council, el consejo interparlamentario de los países escandinavos. También ha dado un discurso en la ONU y ha cruzado el Océano Atlántico en yate.
Yo no tengo hijos, ni hijas, pero, si fuese padre, imagino que tener una niña como esa chica de Estocolmo me daría una enorme satisfacción. ¿A ustedes no? Hay mucha gente que no la soporta, casi todos hombres mayores. Aunque seguramente ellos se considerarán a sí mismos individuos educados y de buenos modales, no ven nada malo en atacar, habitualmente, a una autista menor de edad simplemente porque sus opiniones políticas sobre el cambio climático no están alineadas con las que apoyan multinacionales petrolíferas como Repsol o BP. El presidente de Brasil, el populista Jair Bolsonaro, le llamó mocosa, mientras, cuando vivió en la Casa Blanca, el sedicioso Donald Trump dijo que ella debería ir al cine con un amigo para tranquilizarse. Dice mucho de esos dos machos que no tengan algo más importante que hacer con sus vidas excepto insultar a una jovencita que acaba de cumplir 18 años. Espero que sus propias hijas estén orgullosas de ellos.
De todas formas, la activista está muy por encima de los viejos que quieren denigrarla. A los que la critican, dijo, «es divertidísimo cuando la gente toma el pelo o hablan mal de mi apariencia o personalidad. Significa que no tienen argumentos».
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Dentro de cincuenta años, los actuales líderes políticos estarán muertos mientras Greta Thunberg será una sesentona. Lo que la preocupa es la posibilidad de que ella y su generación también puedan estar difuntos, debido a una apocalíptica catástrofe medioambiental a la que no están plantando cara los que mandan ahora. Eso no es política izquierdista de una inmadura, sino una preocupación legítima, basado en pruebas científicas.
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