Imaginación
Algo que decir ·
«Hay una nueva hornada de cocineros patrios que se estrujan la sesera para ofrecer mezclas impensables»Espero que nadie se moleste si recuerdo que durante décadas Valladolid fue una ciudad aburridísima para chatear. El panorama que ofrecían las barras de ... sus bares era triste, tirando a desolador: vinos perreros escanciados sin gracia y que, con suerte, empezaba y acababa con unas aceitunas…, que se pagaban aparte. Incluso había establecimientos con un cartel que rezaba: «A partir de la medianoche, en esta casa solo se sirve vino de Rioja». Con semejante panorama, cualquier innovación que introdujeran los profesionales que estaban al otro lado del mostrador supondría acercarse a lo que era habitual en Segovia, Ávila o Salamanca, donde el chateo iba siempre unido al tapeo.
Pero nuestros hosteleros locales no se conformaron con imitar a los vecinos, y tiraron de imaginación hasta reventar las costuras. Por eso ahora somos noticia en los informativos de las televisiones que se ocupan esta semana del desarrollo de los campeonatos nacional y mundial de Pinchos y Tapas. Hay una nueva hornada de cocineros patrios que se estrujan la sesera para ofrecer mezclas impensables, sabores que rompen tradiciones y unas barras más floridas que las calles de los pueblos el Día del Corpus.
Hay mucho que catar estos días, aunque tengo curiosidad por probar un pincho bautizado como 'Tiradito de atún de Tarragona, emulsión de oliva y cítricos, almíbar de piquillo y vainilla, crema de aguacate y chip de boniato asado'. No sé si estará bueno, pero tiene gracia…
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