Identidad
algo que decir ·
«Campo Grande es una seña de identidad de Valladolid que incluso conocen, aunque sea de oídas, los que todavía no han venido a visitarnos»Campo Grande es una seña de identidad de Valladolid que incluso conocen, aunque sea de oídas, los que todavía no han venido a visitarnos. Dudo ... que exista un solo pucelano de cierta edad que no lo haya recorrido montones de veces, bailado en su Pérgola, comido sardinas en el bar de la gruta o montado en la barca del Catarro. Si el sitio hablara, contaría las historias del pajarito que convenía mirar antes de que el fotógrafo apretara el obturador; el voceo inconfundible de los pavos reales, que el añorado Luis Laforga llamaba 'chulitos'; o el placer que se siente al atravesarlo por la mañana cuando los del Servicio de Limpieza están regándolo.
Si el llamado Campo de Marte tuviera memoria recordaría cómo eran los duelos a espada o a pistola que allí se celebraron; o las imprecaciones de los condenados por la Inquisición a la hoguera en los patíbulos montados en su interior; o cómo sonaba la música del templete que había frente a la acera de Recoletos.
Sin embargo, este 'rinconcillo' del tamaño de doce estadios de fútbol nos recuerda la obligación que tenemos de cuidar el fantástico jardín botánico que alberga, y cuya masa arbolada espera que el ayuntamiento lleve a cabo el saneamiento integral que se merece el más insigne de todos los parques. Una labor que los pucelanos sabremos agradecer porque, como dice mi querido colega Carlos Blanco, «Es sabido (y deseado) que un atardecer en el Campo Grande no se va. Tan solo se aleja».
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