Falta paciencia
Dados rodando ·
«Viviendo deprisa, instalados en la instantaneidad, nos perdemos la sabiduría que emana de la paciencia y la magia que desprende la lentitud. Todo un placer, por cierto»Uno de los elementos más característicos y definitorios de la sociedad actual es la supresión del tiempo de espera entre el deseo y la satisfacción. ... La latencia es una medida que parece tender a cero en cualquiera de los órdenes de la vida, y eso sucede en la realidad cotidiana, por el traspaso que se ha producido desde el mundo virtual donde los bits de respuesta son inmediatos. En la dimensión digital todo es ultraveloz por definición, la tecnología ha permitido reducir los tiempos de respuesta y las redes sociales permiten una comunicación múltiple y simultánea sin esperas de ningún tipo. Pocos recordarán que hace veinte años nos parecía un prodigio recibir un correo electrónico desde Estados Unidos en menos de tres horas, algo que se revelaba mágico entonces y que ahora supondría una hipótesis inadmisible. Las inminentes redes de telefonía 5G van a posibilitar, todavía más, la inmediatez en los flujos de transmisión, eliminando distancias y consiguiendo que el viejo sueño de McLuhan, acerca de la 'aldea planetaria', sea la realidad inmanente que hoy define el mundo en que vivimos.
Cuando queremos algo lo queremos ya. Sin nos apetece una pizza, sabemos que en pocos minutos tendremos una recién horneada en nuestra propia casa. Con Glovo, Amazon, Deliveroo, y demás servicios a golpe de un solo clic de teléfono móvil, conseguimos alimentos, bebidas, discos y libros en tiempos cada vez más reducidos. Las aplicaciones destinadas a las relaciones sociales han eliminado el protocolo del cortejo de toda la vida. Para ligar ya no es necesario currárselo en una discoteca o un pub, dar conversación, pedir el teléfono y concertar la primera cita, invitación al cine o a cenar mediante. Ahora, se introducen los datos que definen las preferencias del usuario y se obtiene conexión inmediata con perfiles que se adecuan a las expectativas buscadas. La practicidad mata claramente el romanticismo, como los chats arrasan con las conversaciones cara a cara frente a un café, o la compra 'on-line' termina con la ancestral costumbre de ir de tiendas y pedir opinión a los expertos en cada caso.
Sabemos que todo lo que tiene valor en la vida cuesta, que el esfuerzo es una herramienta consustancial a la voluntad, y que la paciencia es el peaje a pagar para la consecución de cualquier objetivo que merezca la pena. Paciencia, esfuerzo, perseverancia..., términos que suenan tan ajenos como lejanos a algunos jóvenes que creen que cualquier logro se consigue con la instantaneidad de un wasap o con la facilidad de un 'like'. Decirle hoy a un inversor que deje trabajar a su dinero en un largo plazo, para que la volatilidad de los mercados no juegue en su contra y pueda actuar el interés compuesto, es un mensaje complicado de asumir por parte de quien pretende multiplicar su capital en dos días. Hacer entender que estudiar un instrumento musical, un idioma o una carrera universitaria requiere, además de estudiar denodadamente, tiempo y, por tanto, paciencia, se revela como un esfuerzo condenado a la melancolía. El lema 'quiero esto y lo quiero ahora' está instalado en el ADN de quienes habitan una instantaneidad engañosa que no siempre es posible. Decía Lope de Vega que lo mejor del amor es cuando se sube la escalera y Henri Bergson distinguía entre la «duración real» y la «medida» para explicar la percepción del tiempo. Hoy la frontera parece desdibujarse en un afán por no esperar y conjurar el hecho de diferir la gratificación. Viviendo deprisa, instalados en la instantaneidad, nos perdemos la sabiduría que emana de la paciencia y la magia que desprende la lentitud. Todo un placer, por cierto.
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