A Gaza se le acaba el tiempo
El hambre y las enfermedades se ceban con niños, mujeres y mayores, afectados además por los desplazamientos exigidos por el avance de la ofensiva militar
La creciente presión mundial, también desde gobiernos amigos cada vez más incómodos, forzó a Benjamín Netanyahu a levantar de manera parcial el bloqueo de la ... ayuda humanitaria a Gaza. La decisión del primer ministro israelí, anunciada hace hoy una semana, llegaba después de casi tres meses en los que el país ocupante privó a más de dos millones de civiles –y a los rehenes que siguen en manos de Hamás– de recibir la comida, las medicinas y el combustible que la ONU almacena en los pasos fronterizos. La distribución es insuficiente, apenas entran a la Franja un centenar de camiones al día cuando se necesitarían cinco veces más. Y muy incierta, porque se desarrolla entre constantes bombardeos, a los que tampoco escapan grupos de palestinos encargados de garantizar que la asistencia llega efectivamente a sus destinatarios.
El hambre y las enfermedades se ceban con niños, mujeres y mayores, afectados además por los desplazamientos exigidos por el avance de la ofensiva militar. En un momento crítico, en el que a los gazatíes se les acaba el tiempo, Netanyahu y EE UU mantienen su plan de privatizar la asistencia para encomendarla a fuerzas mercenarias.
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