David Sánchez, caso insoslayable

El último y concluyente auto de la jueza Beatriz Biedma, en el que sitúa al borde del banquillo al hermano del presidente del Gobierno y al presidente de la Diputación de Badajoz –a la sazón, líder del PSOE extremeño–, constituye un insoslayable salto cualitativo en la investigación penal de unos delitos que se resumen en un posible caso de enchufismo político.

Como cualquier otro procedimiento aún en curso y sujeto a recurso como el que va a presentar David Sánchez, el desenlace de la instrucción pende de que ésta llegue a la vista oral y del resultado de la misma. Pero lo que ya no cabe obviar es la existencia de una resolución judicial que otorga credibilidad a los indicios de una suerte de amaño para crear 'ad hoc' el evanescente puesto de director de los conservatorios de la capital pacense; y otorgárselo, simulando una elección limpia, a un familiar directo del jefe del Ejecutivo.

Y si el peso del auto de Biedma, cuya instrucción ha sido avalada paso a paso por instancias superiores, no puede ser orillado ni por Pedro Sánchez ni por el resto del Gobierno, lo que todavía cabe menos es que los ministros continúen obcecándose en un cuestionamiento de parte de la independencia judicial.

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