Creciente presión sobre Putin
La vía de las sanciones a la compra de hidrocarburos rusos tendría un objetivo claro: privar de ingresos a la maquinaria bélica de Moscú
Más de seis meses de errática intervención de Donald Trump en la guerra que devasta Ucrania no han producido una mínima inflexión en la determinación de Vladímir Putin de apoderarse del país vecino. La intención del presidente de EE UU de «terminar» con el conflicto ha explorado con insistencia el apaciguamiento de Rusia y el consiguiente desprecio del papel de Europa en el conflicto que se libra en el corazón del continente y de la voluntad ucraniana de recuperar la soberanía e integridad de su territorio. Ahora, por fin, el mandatario republicano parece compartir la convicción generalizada de que el Kremlin utiliza la mano tendida para seguir perpetrando bombardeos como el que ayer castigó Kiev durante siete horas y causó 15 muertos y más de un centenar de heridos. Acaba de comunicar al Consejo de Seguridad de la ONU que quiere un acuerdo de alto el fuego antes del día 8 o decidirá «medidas para asegurar la paz». La vía de las sanciones a la compra de hidrocarburos rusos, impulsada desde hace semanas por una mayoría bipartidista en el Senado estadounidense, tendría un objetivo claro: privar de ingresos a la maquinaria bélica de Moscú.
