Editorial: Semana Santa al límite
El Gobierno y las comunidades se muestran demasiado confiados en que el virus no vuelva a desbordarnos en un par de semanas
El Consejo Territorial de Sanidad mantuvo ayer su último encuentro antes de Semana Santa con una tasa de incidencia epidémica al alza que dibuja un ... panorama territorialmente muy desigual y sin poder evaluar todavía los efectos del 'puente' de San José. El mantenimiento sin revisión alguna de las pautas establecidas el 10 de marzo da a entender que el ministerio de Carolina Darias y los departamentos autonómicos correspondientes consideran que no se está produciendo un empeoramiento alarmante que exija más restricciones o mecanismos de respuesta común en los próximos días. Se trata de una sensación engañosa, puesto que las medidas en vigencia o aquellas que pudieran añadirse no deben atender solo a la evolución de los contagios o a la presión hospitalaria consignadas hasta ahora. Han de prevenir que la movilidad y los encuentros de los inminentes días festivos no acaben en el inicio de la temida cuarta ola, con los servicios de salud al límite.
La canciller alemana Angela Merkel expuso en la madrugada del martes su inquietud porque la extensión de las nuevas variantes –de mayor contagiosidad, carga viral y permanencia en el organismo de las personas afectadas– pudiese requerir de estrategias distintas a las aplicadas frente al SARS-CoV-2 inicial. La variante británica y otras representan probablemente una amplísima mayoría de las nuevas infecciones en España, y es posible que las diferencias territoriales se deban a la desigual vigilancia epidemiológica según las autonomías. La situación en Francia, Bélgica, Países Bajos, Italia y Alemania, con tasas de incidencia en algunos casos muy superiores a la nuestra, no invita a la relajación con el argumento de que estamos mejor que otros socios europeos, sino a la máxima alerta porque existe el riesgo cierto de que también aquí aumenten de forma apreciable los casos y lo hagan en muy pocos días.
Hay una constante en las advertencias que nos hacen llegar los expertos: cuesta mucho desescalar cada curva epidémica, como se ha vuelto a comprobar con la generada a cuenta del intento de salvar la Navidad, mientras unos pocos brotes supuestamente circunstanciales podrían desatar la cuarta ola. Es de temer que el Ministerio de Sanidad y las comunidades coincidieran ayer en una respuesta más política que de salud pública ante la Semana Santa, a riesgo de que en dos semanas la pandemia vuelva a desbordarnos entre anuncios de un mayor ritmo de vacunación.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión