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Trabajadora de Amazon agrupando paquetes, en un centro de distribución. AFP
Despedidos por un robot

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Ojo al parche ·

Las terminales de pago en supermercados informan de si el cajero escanea artículos con la rapidez suficiente para cumplir con sus objetivos

Eduardo Rodríguez

Valladolid

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Martes, 7 de mayo 2019, 06:51

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Si ejerces de responsable de Recursos Humanos de una empresa y estás leyendo esto, debes saber que tienes ante ti a un duro rival sin compasión. Justo cuando las compañías parecía que apostaban, al menos en teoría, por construir departamentos de gestión de personas y no de recursos, o cuando surgen conceptos tan novedosos como el bienestar corporativo, viene una de las grandes multinacionales del mundo a enseñarnos que el futuro camina por otros derroteros.

Tras la publicación de una información periodística del sitio de tecnología 'The Verge', Amazon acaba de reconocer que hace un seguimiento de la productividad de sus empleados, y despide regularmente a los que tienen un desempeño inferior, con poca o nula intervención humana. No se trata de casos aislados, sino que los robots han llegado a despedir al 10% de la plantilla de una fábrica como la de Baltimore por incumplir las tasas de productividad. Amazon dice que esos rendimientos se establecen objetivamente, pero ya surgen protestas de trabajadores que denuncian la escasez de tiempo incluso para ir al baño.

Era solo una cuestión de tiempo antes de que un algoritmo se adueñara de este terreno. Después de todo, ya clasifica currículums, recomienda a los solicitantes, programa turnos y asigna proyectos. Amazon representa el caso más llamativo por ahora, pero ni mucho menos el único. Algunos servicios de lavandería industrial miden cuántos segundos se tarda en recoger las prendas lavadas; las computadoras a bordo rastrean la velocidad de los camioneros, sus cambios de marcha y las revoluciones del motor por minuto, y las terminales de pago en supermercados informan de si el cajero escanea artículos con la rapidez suficiente para cumplir con sus objetivos. En todos estos casos, los resultados se comparten en tiempo real con el empleado y se utilizan para determinar si cumple con su función.

La desaparición de la intervención humana en los procesos de gestión de personas, ¿representa un retroceso social o garantiza la no discriminación? Quizá aún es pronto para juzgar, pero se muestra como un hecho irrefutable de que la nueva realidad ha llegado. Por mucho que insistan quienes no la quieren ver.

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