Los costaleros de Mañueco
LA ESPITA ·
El PP entra en estado de ansiedad para tener el Presupuesto con el que liberarse de un Vox echado al monte y Pedro Sánchez no tiene quién le defienda en el PSOE de Castilla y LeónUna más que espesa tinta de calamar tiñe la política de Castilla y León por la forma de actuar del vicepresidente de la Junta, Juan ... García-Gallardo, de Vox, que ha optado por una manera de hacer que se descalifica por sí sola. No tuvo bastante con el desprecio a los discapacitados en la persona de la procuradora socialista Noelia Burgos; no le bastó con llamar imbécil a su antecesor en el cargo, Francisco Igea, que ahora alcanza el cénit de sus más que reprobables intervenciones en las Cortes al llamar banda criminal al PSOE y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
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Espesa tinta de calamar para las aguas políticas castellanas y leonesas. Más madera, que los de Santiago Abascal no encuentran una encuesta que no les dé a la baja. 'Cazacomunistas' Veganzones carga contra todo lo que tenga con ver con el desempleo, que se supone que es una política que depende de él, y dice que en Castilla y León lo que falta son ganas de trabajar. Un Veganzones que, pese a estar en la cartera de Industria, no fue enviado al acto de Renault el lunes en la visita de Sánchez; de nuevo (y van ya...), Carlos Fernández Carriedo, la sonrisa del régimen, al rescate de la imagen de la Junta ante el sector empresarial.
Tinta de calamar para las aguas políticas castellanas y leonesas, con un Vox echado al monte. Frente a las invectivas 'gallardianas', ¿qué hacen el PP, socio de Vox, y el PSOE, supuesta alternativa a ambos?
El PP, agachar la cabeza. El patetismo político, que existe en Castilla y León, tiene una imagen que lo representa: el consejero de la Presidencia, Jesús Julio Carnero; el portavoz del PP, Raúl de la Hoz, y el viceportavoz Ángel Ibáñez con la cabeza agachada y la mirada en el escaño pasando el bochorno que provoca lo que dice su socio el vicepresidente. Silencio cómplice, creen algunos. No se engañe el lector: es el silencio de hacer caja en votos. La orden es callar, pasar el trago y que se desgaste Vox. El objetivo es que el votante que se les fue a Vox compruebe por sí mismo lo que da de sí «este chico», que así llaman en el PP al vicepresidente que, no se olvide, no tiene responsabilidad de gestión porque ocupa el cargo sin consejería. Los consejeros del PP, la dirección del partido y la interminable hornada de asesores bien remunerados en la Junta tienen el único objetivo de llevar en volandas a Alfonso Fernández Mañueco a la próxima cita electoral autonómica. Y han entrado en estado de ansiedad porque necesitan que el Presupuesto de 2023 de Castilla y León quede aprobado para, así, volar sin el lastre de Vox. Alberto Núñez Feijóo no puede ir a unas elecciones generales teniendo en una comunidad autónoma como socio de gobierno al partido de Abascal; eso le daría media campaña hecha a Pedro Sánchez. Así que Vox va a ser usado de costalero de Mañueco, como en su día fue utilizado Ciudadanos. Le salió bien al PP en febrero (ahí está Igea como alma en pena en el grupo mixto), ¿por qué no va a salirle bien otra vez?
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Un Pedro Sánchez que no tiene quién le defienda en el PSOE de Castilla y León. Luis Tudanca secretario regional, que no líder, socialista cuenta los días para dejar las Cortes y volver al Congreso o al Senado. Ya no tiene ni coraje político. Dijo García-Gallardo el martes para argumentar por qué llamó al PSOE banda criminal: «Los españoles no aguantan ni un minuto más el desastre económico, las traiciones y los crímenes del señor Sánchez...» ¿Cómo respondieron Tudanca y su tríada parlamentaria Ana Sánchez, Patricia Gómez y Nuria Rubio? Con un pataleo verbal, que es como tratar de rechazar a pellizcos el ataque de un elefante. El patetismo de los populares cuando habla García-Gallardo queda así contrarrestado con el no menor patetismo socialista.
Lo mínimo que tenían que haber hecho desde el PSOE al negarse García-Gallardo a retirar sus palabras es haberse ido del hemiciclo y no haber vuelto a la mañana siguiente, y romper cualquier relación con la Junta hasta que no hubiese habido una rectificación. Pedro Sánchez no tiene quién le defienda en este PSOE de Castilla y León ante semejante humillación de Vox y el jueves trató de hacerlo en Madrid Patxi López. Tarde ya. Que Tudanca no es líder lo demuestra que desde el PSOE en la Diputación de Salamanca respondieron a Gallardo a las 24 horas con más insultos. Tudanca y su tríada parlamentaria, haciendo de costaleros de Mañueco con las aguas políticas castellanas y leonesas teñidas de tinta de calamar. ¿No lo ve nadie en Ferraz?
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