Un compromiso con retraso y espectáculo
Las ciudades son los mayores focos de demanda de recursos naturales y contaminación, pero también de concentración de riesgos climáticos
david dobarco
Valladolid
Domingo, 15 de diciembre 2019, 08:49
Guy Debord publicó en 1967 'La sociedad del espectáculo', donde planteaba la historia de la vida social como «una evolución del ser al tener y ... del tener a simplemente parecer… El espectáculo no es una colección de imágenes, sino una relación social entre la gente mediada por imágenes». La visión de Debord guarda relación con el pensamiento de Marshall McLuhan, con una procedencia ideológica diferente, sobre que el medio es el mensaje (1963) y así resulta también tras la aparición de los nuevos medios de masas, las redes sociales, con su estructura difusa de alcance inmediato.
La Cumbre del Clima en Madrid es un gran espectáculo tras el que subyace un problema tan grave como la alteración de la vida planetaria y, como tal, existe un fuerte riesgo de que aporte más imágenes que operatividad, aunque el lema sea 'Tiempo de actuar'. Debe quedar claro que los cambios climáticos han existido siempre, pero con ritmos muy lentos; lo que se discute es cómo el éxito de la especie humana dominante, desde el inicio de la Revolución Industrial, altera de forma progresiva y acelerada la fragilidad vital de la biosfera, una envolvente de 10 kilómetros de espesor. La experiencia de los últimos años y numerosos estudios dejan poco margen al negacionismo.
'Los límites del crecimiento' fue un estudio promovido por el Club de Roma y publicado en 1972, época en la que se iniciaba la ecología, y advertía de que si el actual incremento de la población mundial, la industrialización, la contaminación, la producción de alimentos y la explotación de los recursos naturales se mantienen sin variación, alcanzarán los límites absolutos de crecimiento en la Tierra durante los próximos cien años. Este planteamiento ha sido alterado sustancialmente por algunos desarrollos económicos con incrementos insospechados. El ejemplo más claro es China, cuyo PIB ha crecido una media del 10% anual desde 1991, aunque lleve tres años sin exceder el 7%, pero son cifras brutales y también sucede con la India y otros países emergentes… Todo ello guarda relación con el aumento de gases con efecto invernadero y el cambio climático.
El problema de fondo es la limitación de recursos y esa advertencia dejó paso al concepto de sostenibilidad como capacidad de disponer de ellos posibilitando su reposición. Se realizaron conferencias mundiales, se elaboraron agendas de sostenibilidad…, pero la demanda continúa aumentando. A mediados de los noventa irrumpió una idea más urgente: el cambio climático y, desde entonces, el incipiente aumento de las temperaturas y la creciente violencia de fenómenos climáticos han convertido 'La verdad incómoda', de Al Gore, en una 'Emergencia climática'. Todo ha transcurrido en poco tiempo, menos de 50 años, y se ha avanzado en tomar conciencia, pero con escasas repercusiones prácticas. La Conferencia de París sobre el Clima (2015), logró un acuerdo para limitar a 2º el incremento de la temperatura, prácticamente suscrito por todas las naciones, pero algunas de las más contaminantes se han desmarcado de ello y abren una incertidumbre que no debe evitar el compromiso de las demás.
La fusión de amplias zonas heladas está provocando un incremento del nivel del agua del mar que se prevé que alcance unos dos metros. Las ciudades costeras serán las más afectadas, por ello y la incidencia del calentamiento marino y sus efectos en fenómenos de gotas frías y tifones más intensos y extendidos. La Declaración de Emergencia Climática no es ajena a ello y a la creciente devastación por accidentes climáticos. Ante la expectativa de su agravamiento, algunas grandes ciudades como Tokio, Nueva York o Londres trabajan planteando barreras, aljibes que capten agua y controlen su salida al mar…, proyectos de gran escala, como corresponde a grandes metrópolis. Pero el problema es común a todas las escalas urbanas, aunque sea más complejo de afrontar cuanto mayores son los asentamientos.
En el interior se prevén, además del aumento de temperatura, disminuciones de pluviometría, con precipitaciones más intensivas, y nuestras ciudades deberán tener mejor permeabilidad para absorber y reutilizar ese agua más escasa, pero intensa. Las ciudades son los mayores focos de demanda de recursos naturales y contaminación, pero también de concentración de riesgos climáticos y deben prepararse para ello. No es la única dirección de actuación, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU se parecen mucho a una carta a los Reyes Magos, pero el trasfondo de sus propuestas es inspirador para 'agendas urbanas' y planeamientos operativos.
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