Colombia, choque de extremos
Editorial ·
La pulsión de cambio que demuestran los colombianos deriva en un choque de extremos cuando lo que merece son proyectos serios que movilicen la participación de los jóvenesGustavo Petro, el ganador de la primera vuelta de las presidenciales en Colombia, afronta ahora el escenario más incómodo para revalidar su triunfo el día 19. A su incapacidad para robustecer hasta ahora su base social, que convierte en insuficiente esta primera victoria electoral de la izquierda, se une la condición de su contrincante, el constructor Rodolfo Hernández, una suerte de Trump autóctono que ofrece soluciones demasiado simples a los problemas tan complejos que arrastra el país.
Para afrontar la terrible desigualdad, la corrupción, la violencia o el acuerdo de paz que el saliente Iván Duque se esmeró en obstaculizar, el progresista Petro ofrecería mayor solvencia que la promesa de «limpiar» que Hernández prodiga en las redes sociales. Conservadores y liberales, las fuerzas que gobernaron durante dos siglos y que habrían resultado aparentemente derrotadas –no convendría precipitar el entierro del uribismo–, todavía aspiran a perpetuarse mediante un inmediato apoyo al candidato sorpresa.
La pulsión de cambio que demuestran los colombianos deriva en un choque de extremos cuando lo que merece son proyectos serios que movilicen la participación de los jóvenes.