La bisagra

2. f. Palo de boj, corto y cuadrado, con algunas molduras en los extremos, que usan los zapateros para alisar y dar lustre al canto de la suela de los zapatos después de desvirada.

3. f. Hendidura a lo largo de cada tapa en su unión con el lomo, para facilitar la apertura de un libro.

Lo dice la Real Academia Española de la Lengua (RAE) que, por extensión, limita el concepto de 'bisagra' a las tres acepciones recogidas en otras tantas definiciones. Y todo, con prudencia, sin ir un poco más allá.

La cuarta vertiente, quizá la más relevante en tiempo electoral, no ha pasado a formar aún parte del elemento definitorio como única unidad.

Pero la 'bisagra', y no la de las ferreterías, es el concepto más anhelado estos días por algunos de los partidos que concurren a las citas electorales tanto en el terreno local como en el autonómico.

La elevada dispersión del voto, el mayor número de fuerzas políticas que concurren a los comicios y la incertidumbre que rodea la convocatoria a las urnas propician que hoy el foco se centre tanto en el posible vencedor electoral como en las 'bisagras' que inclinarán la balanza de una forma definitiva a la hora de proceder a las tomas de posesión.

La Unión del Pueblo Leonés (UPL) es la formación que más anhela poder tener esa posición intermedia, ese vivir en tierra de nadie tan beneficioso en ocasiones dentro del marco político. 'Atornillada' en el centro, con opciones de inclinarse a la derecha o la izquierda el partido leonesista sueña cada noche de campaña con un resultado que le sitúe como 'bisagra' en las Cortes de Castilla y León y 'bisagra' en el Ayuntamiento de la capital.

En los sueños electorales, propios de los tiempos que vivimos, ya apuntan cuál sería su primera condición si eso ocurriera: suprimir la fundación Villalar en la vertiente autonómica, exigir inversiones desde el terreno local para sustentar a un alcalde de uno u otro signo. Y todo con una estimación de dos procuradores y tres concejales.

Pero la 'bisagra' de UPL no es la única que estos días se está engrasando. En las mismas se encuentra Ciudadanos, convencidos en este caso de que sí o sí serán ellos quienes determinen el futuro tanto en Valladolid como en León.

Igea se ve decidiendo el nuevo presidente de la Comunidad y el futuro alcalde de León ante la certeza de que su condición de 'tercera fuerza' política le hace ser determinante.

Claro que no todas las bisagras están finas y pulidas. Le ha ocurrido a Vox, formación que esperaba la conquista de sillones de dos en dos y hoy se ha dado cuenta de lo difícil que es la vida política y lo complicado que es sumar votos en las urnas. Su proyecto bisagra, ahora, parece gripado y sin posibilidades de recuperar movilidad por mucho '3 en 1' que se ponga en el intento.

Será el 26M cuando los electores decidan dónde se sitúan los vencedores y dónde se ubican los vencidos y tras ellos acudirán los ferreteros dispuestos a situar las oportunas bisagras en el lugar más adecuado.

Contabilizado el voto comenzarán las cuentas y entonces también se podrá ver que los tipos de bisagras no son únicos. Las hay de libro, de pernio, rústicas, de doble acción, antipalanca y de cazoleta, entre otras. Tantas bisagras como cerrajeros de la política.

Así que a ver quién las coloca, dónde las sitúa y cómo lo hace promete ser realmente una película de lo más apasionante.