Almas cándidas
La Canaleja ·
«El padrino se quedó allí con un casino porque era rentable; los segovianos con un estacionamiento deficitario»Sin mover un músculo de la cara, dice Michael Corleone a su abogado Tom que «si hay algo seguro en esta vida, si algo nos ... ha enseñado la historia, es que se puede matar a cualquiera». Al menos así figura en el doblaje al castellano de la segunda parte de 'El padrino' y uno ha de fiarse de que es literal. Su fiel letrado asiente, cumple con el mandato y da la orden en la cadena de mando de escabechar al enemigo.
Pero Michael me atrevo a decir que, además de esa que no oso discutírsela, en esta vida existen más cosas seguras, al menos en Segovia. Una consiste en que te comes el vehículo según en qué zona; que no hay quien aparque ni con su recomendación, porque hay territorios, tal y como los llama usted, en los que o ametrallas a quien se adelanta para quitarte el sitio o te quedas sin él.
El paradigma es el entorno de José Zorrilla, donde construyeron un aparcamiento para evitar crímenes por un hueco. Y miren que por no sé qué conjuro siempre ha estado vacío y las calles llenas. Como el negocio no funcionaba, pues venga a repartir la ruina entre los contribuyentes. Ahora es municipal y continúa igual, más despoblado que ¡ay! uno de nuestros pueblos.
Un acuerdo comercial de dos por uno pretende que, como en Las Vegas, el desierto sea un vergel de vicio y haya coches hasta por las paredes. El padrino se quedó allí con un casino porque era rentable; los segovianos con un estacionamiento deficitario. Somos unas almas cándidas, eso sí que es seguro.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión