Abascal busca su sitio
«Vox puede asegurar que las izquierdas no se hagan con el poder donde sume mayoría con PP y Cs, pero a cambio de un gobierno de mínimos»
La decisión de Vox de renunciar a las áreas de responsabilidad que le ofrecía el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, cuya elección votaron ... sus cuatro concejales, y de romper las negociaciones para la designación de Isabel Díaz Ayuso como presidenta de la Comunidad refleja hasta qué punto los bloques en los que –a izquierda y derecha– se ha dividido la política española están lejos de cuajar en alianzas coherentes de gobierno; y hasta qué punto la coincidencia de Ciudadanos y Vox en el mismo campo constituye un factor crítico para ambas formaciones.
Vox apela a su dignidad como formación representativa, para negarse a desempeñar un papel subalterno que limite su autonomía política a cambio de la desconsideración con la que se siente tratado por el PP a cuenta de Ciudadanos. Pero, en lo que atañe a los intereses comunes de la sociedad, el problema estriba en la inconsecuencia con la que Ciudadanos y PP recaban el apoyo indispensable de Vox para acceder al gobierno de las instituciones y, acto seguido, simular suficiencia en el control de las mismas. La irrupción de Vox en ayuntamientos y cámaras legislativas demuestra que dos millones y medio de electores no se han visto concernidos por las llamadas a mantener fuera de las instituciones las ideas –y los exabruptos personales– del partido liderado por Santiago Abascal. Pero lo que más daña a la democracia constitucional es que su concurso sea empleado a conveniencia para la gobernabilidad por parte de quienes –Ciudadanos y PP– consideran natural beneficiarse de sus escaños, eludiendo contrapartidas. El escenario ideal para Albert Rivera sería aquel que le procurase gobernar ayuntamientos y autonomías gracias al voto inicial de Vox, siempre y cuando éste se haga a un lado a continuación. Un escenario que resultaría cómodo también para Pablo Casado, en tanto que los populares entienden que la 'formación subalterna' es resultado de un voto prestado que en realidad les pertenece. PP y Ciudadanos no se inquietan ante la réplica de Vox, porque están confiados en la imposibilidad de que Abascal acabe favoreciendo a la izquierda. La manifiesta incompatibilidad entre el compromiso suscrito por el PP con Ciudadanos y el establecido por el PP con Vox responde a un juego de engaños mutuos, basado en la presunción de que el partido de Abascal siempre asegurará un gobierno de centro-derecha, frente a la eventualidad de que se abran paso el PSOE y Unidas Podemos. En tales condiciones, el pacto de gobernabilidad entre PP y Ciudadanos se limitará a mínimos sujetos a la disputa entre Casado y Rivera por el liderazgo del centro-derecha.
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