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La Fiscalía pide cuatro años de prisión a Villarejo por tratar de anular el caso del 'pequeño Nicolás'

La Fiscalía pide cuatro años de prisión a Villarejo por tratar de anular el caso del 'pequeño Nicolás'

Le imputa revelación de secretos por grabar de forma ilegal una reunión entre policías y agentes del CNI tras la detención del joven impostor; su mujer y un periodista se enfrentan a tres años de cárcel

Mateo Balín

Madrid

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Viernes, 8 de febrero 2019, 10:26

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La Fiscalía Provincial de Madrid ha pedido cuatro de prisión para el excomisario de Policía José Manuel Villarejo como autor de un delito de descubrimiento y revelación de secretos en una pieza separada del caso del 'pequeño Nicolás'. El representante del Ministerio Público considera que Gema Alcalá, la esposa de Villarejo, y Carlos Mier, periodista de la web de la primera, 'Información Sensible', son cooperadores necesarios en la comisión de dicho delito y les reclama una pena de tres años de prisión.

El escrito de acusación señala que a finales de septiembre de 2014 la Unidad de Asuntos Internos (UAI) del Cuerpo Nacional de Policía comenzó a investigar las actividades de Francisco Nicolás Gómez Iglesias tras recibir varias informaciones sobre que éste se hacía pasar, ante varios importantes empresarios españoles, como enlace entre la Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real, y como agente del Centro Nacional de Inteligencia.

A raíz de estas investigaciones, el 14 de octubre de 2014 Gómez Iglesias fue detenido en Madrid como presunto autor de los delitos de estafa, usurpación de funciones públicas y falsedad documental. Tres días más tarde pasó a disposición judicial y se acordó su libertad con la medida cautelar de prohibición de abandonar el territorio nacional.

Durante el tiempo que estuvo detenido, en concreto el 15 de octubre de 2014, el periódico digital 'Información Sensible' publicó el siguiente artículo: «Detenido un joven que habría estafado a los Pujol simulando ser un agente del CNI enviado por la vicepresidenta» y el día 16 publicó otro titulado: «La segunda vida de Nicolás: Cómo estafar a los Pujol simulando ser un emisario enviado por la vicepresidenta», ambos firmados por el acusado Carlos Mier donde se incluían varias informaciones «de las que, en ese momento, únicamente tenían conocimiento los agentes de la Asuntos Internos que llevaban la investigación y sus superiores en la Policía».

Por su parte, el comisario jefe de la UAI, Marcelino Martín-Blas, había convocado para el 20 de octubre una reunión con el fin de informar al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de la investigación en marcha sobre Gómez Iglesias. En su calidad de comisario adjunto a la Dirección Adjunta Operativa de la Policía, Villarejo tuvo conocimiento de la convocatoria de la reunión del día y la hora «y planeó grabar la conversación que pudiera tener el comisario Martín Blas con los agentes del CNI, con el propósito de difundirla posteriormente en 'Información Sensible' y otros medios de comunicación y lograr así obstaculizar, entorpecer o bloquear la investigación en curso sobre Francisco Nicolás Gómez Iglesias».

Reunión bajo «secreto oficial»

Así, Gemma Alcalá, esposa de Villarejo y directora del periódico, ordenó a Carlos Mier, el único periodista que trabajaban en dicho medio digital, que grabara parte de la conversación mantenida durante la reunión que, por intervenir dos agentes del CNI, tuvo carácter de «secreto oficial». Lo que hizo Mier por orden de Villarejo fue llamar desde su móvil al del comisario Martín Blas, «que activó algún tipo de aplicación informática o software que permitió captar el sonido ambiente sin que pudiera ser advertido por éste». Dicha llamada fue realizada a las 17:53:04 horas del día 20 de octubre de 2014 y tuvo una duración de 13 minutos y 9 segundos.

«Parte de la conversación que estaban manteniendo los funcionarios de Policía y los agentes del CNI –añade la Fiscalía- se transmitió mediante esa llamada por el canal telefónico. El registro definitivo se efectuó por vía aérea, utilizando el acusado Carlos Mier un dispositivo grabador que aproximó a su teléfono móvil. De esta forma se grabó la conversación mantenida entre los funcionarios y los agentes del CNI».

La grabación, una vez editada, tenía una duración de casi siete minutos pero con un sonido de «muy baja calidad», por lo que sólo ha podido transcribirse parcialmente. Entre las frases constan las siguientes: «aguantar unos días la intervención, a ver si contrata otro teléfono o no…», «él no puede estar sin llamar,…», «el teléfono no se ha movido de la calle Maudes», «vamos a aguantar a ver si localizamos otro teléfono, vamos a intentar nosotros la intervención, casi seguro que nos la deniegan y… llegará un momento que ya no podamos más», «es decirle a nuestro magistrado, a nuestro juez, que ampliamos, que sigue haciendo lo mismo, a pesar de haber pasado por la cárcel y todo el tema.»

Dos días después, el 22 de octubre, Mier publicó un artículo bajo el titular: «El CNI trincó al pequeño Nicolás» donde relataba, entre otros extremos, que «fuentes próximas a la investigación aseguran que fue el CNI quien encargó a Asuntos Internos de la Policía judicializar las pesquisas que los espías habían realizado sobre el supuesto estafador.» También un mes más tarde, el 22 de noviembre, publicó otro artículo titulado: «La venganza del «pequeño Nicolás»: El joven denunciará a Asuntos internos y CNI por «fabricar» pruebas contra él.» En el artículo se mencionaba, además, la existencia de una «conversación entre el comisario Marcelino Martín Blas y unos espías» en referencia a la grabación realizada y con el objetivo de buscar la nulidad de la causa. Algo que acabaría pidiendo la defensa del 'pequeño Nicolás' sin resultado.

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