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ATLAS ESPAÑA
Jueves, 12 de septiembre 2019, 16:25
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Si Ana Julia tenía planeas de suicidio no lo parecía porque al detenerla con el cuerpo de Gabriel en el maletero inventó una excusa muy burda. Dijo que le habían colocado el cadáver para perjudicarla. Luego confesó al saber que la habían grabado mientras lo desenterraba. Y entonces les dio la versión del accidente. Omitió los golpes que la autopsia reveló en la cabeza, pero la sangre de Gabriel la encontraron los dos perros de la Guardia Civil. Es lo que han contado los agentes de la UCO en una sesión en la que Ana Julia no ha querido mirar ni una sola prueba. Ha estado todo el tiempo mirando al suelo y conteniendo el llanto mientras en la sala se veía la reconstrucción de los hechos en la que ella participó con el juez instructor.
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