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Hallan el decimotercer cadáver tras el naufragio de una patera en Cádiz

Hallan el decimotercer cadáver tras el naufragio de una patera en Cádiz

Los muertos sin nombre, un drama en aguas del Estrecho

EFE

Cádiz

Sábado, 10 de noviembre 2018

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La Guardia Civil ha hallado el cadáver de otro de los ocupantes de la patera que naufragó el pasado lunes en la playa de los Caños de Meca (Cádiz), por lo que el número de cuerpos sin vida recuperados del mar asciende a 13.

Según han informado fuentes de la Guardia Civil, ha sido un pescador quien encontró el cadáver y avisó al Instituto Armado. El cuerpo ha sido rescatado del mar de la playa de los Caños de Meca, en la misma zona en la que días atrás aparecieron otros doce cadáveres de la patera que naufragó a 150 metros de la orilla y en la que iban más de 40 inmigrantes magrebíes.

La Guardia Civil ha señalado que debido al avanzado estado de descomposición del cadáver es complicado saber la edad del individuo, que viajaba sin chaleco salvavidas. El patrón de la embarcación y su ayudante ya fueron detenidos y se decretó su ingreso en prisión.

El sábado, la Guardia Civil de Ceuta localizó el cuerpo sin vida de un inmigrante que podría pertenecer a este naufragio del pasado lunes

En Barbate están ya acostumbrados a cuidar a los muertos del Estrecho. En su cementerio esperan a las víctimas de la patera naufragada esta semana en una de sus playas. Sin nombre, ni familia, aquí no les faltará una sepultura digna, ni quien cuide de su memoria y rece por sus sueños rotos. «Estamos pensando en reagrupar a varios inmigrantes en un mismo nicho. Porque esto no va a parar nunca y vamos a necesitar más espacio», dice a Pedro Álvarez, encargado del cementerio parroquial de San Paulino de Barbate.

En este cementerio ya hay enterrados más de 30 inmigrantes que murieron tratando de cruzar el Estrecho. Sus cuerpos aparecieron en la costa del término municipal por lo que, si nadie los reclama, como suele ser habitual, una vez cumplido un periodo de tiempo de espera, es el Ayuntamiento del lugar en el que han sido hallados el que debe hacerse cargo de los restos mortales.

Barbate lleva años por ello teniendo entre sus muertos a los del Estrecho. «No recibimos ayuda. Ni ayuda ni una llamada, nada», explica a EFE Javier Rodríguez, concejal del Ayuntamiento de Barbate. Y no es que no la necesiten y la reclamen, sobre todo por los costes económicos.

El Ayuntamiento de Barbate debe pagar unos 2.200 euros a las empresas funerarias por cada cuerpo. El cementerio parroquial no les cobrará después los aproximadamente 1.200 que puede costar cada enterramiento.

Los gastos funerarios de los, hasta ahora, doce fallecidos esta semana en Caños de Meca (uno de ellos fue localizado en la playa de El Palmar y le corresponderá enterrarlo a Vejer de la Frontera) ascenderán de momento a 24.200 euros. «Eso significa que este gasto consumirá un cuarto del presupuestos de nuestros Servicios Sociales. El presupuesto anual de este departamento es, como todos, corto, de unos 85.000 o 90.000 euros al año», explica el concejal.

Desde 2015 hasta ahora, sin contar la partida que necesitarán para las víctimas del último naufragio, el Ayuntamiento de Barbate ha invertido en estos gastos 26.130 euros. «Por supuesto que no los vamos a dejar tirados. Pero esto es un gasto añadido para el municipio y pedimos ayuda de otras administraciones», insiste el concejal.

Los cuerpos de las hasta ahora doce víctimas del naufragio de la patera permanecen en el Instituto Anatómico Forense de Cádiz. Allí se les ha practicado la autopsia y se han recogido huellas y muestras. Pero la identificación no suele ser fácil.

Nichos sin nombre

Apenas dos de los más de 30 nichos que ocupan en el cementerio de Barbate tienen nombre. Uno de ellos es el de Samuel, el niño del Congo de 6 años que murió, al igual que su madre, en el naufragio de otra patera.

Su padre y sus tíos estuvieron en su entierro y en su funeral, pero este fue un caso aislado. Lo normal es que al cementerio de Barbate lleguen féretros con un número, el de las diligencias judiciales del caso, y sin más compañía que los trabajadores de la funeraria. «Aquí les hacemos un pequeño rezo, porque no sabemos de qué religión era y no nos gustaría que fuera ofensivo. Y les enterramos, pero no les ponemos lápida», cuenta Pedro Álvarez.

El cementerio de Barbate es «muy tradicional», un lugar al que muchos vecinos van «a diario» a visitar a sus muertos y arreglar sus tumbas.

Entre unos y otros se encargan de que las tumbas de los muertos del Estrecho estén también cuidadas. «En el pueblo estamos muy concienciados de que no va a venir ningún familiar a visitar sus tumbas, por eso siempre hay alguien que arregla sus nichos y les pone flores», cuenta.

En raras ocasiones, no muchas, llega al cementerio algún magrebí o subsahariano, que, sin preguntar a nadie, busca algún nicho. Posiblemente el de algún familiar. «No comentan nada. Saben que si lo hacen, o si reclaman los cuerpos, les van a cobrar los gastos de la funeraria y del cementerio y no podrán afrontarlo. Ven que están en un sitio digno y se resignan», explica el encargado del camposanto. «En memoria por las víctimas del Estrecho», se lee en uno de los nichos del cementerio.

En Barbate, la tragedia ocurrida este lunes recuerda otra que sucedió en el 2002, cuando otra patera naufragó en la misma zona y fueron rescatados trece cuerpos, que están enterrados en su cementerio. Dieciséis años después, los muertos sin nombre del Estrecho siguen aumentando.

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