Borrar
Consulta la portada del periódico en papel
Rajoy, durante el Congreso del PP. AFP
Editorial: Rajoy se aparta

Editorial: Rajoy se aparta

El PP no conseguirá abrirse a las inquietudes de los ciudadanos si quienes ganen hoy no se abren a quienes pierdan

El Norte

Valladolid

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Sábado, 21 de julio 2018, 10:24

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El Congreso extraordinario del Partido Popular dio inicio ayer con tono de lamento, porque la moción de censura socialista acabó desalojando a su presidente, Mariano Rajoy, de la Moncloa. Y la sesión se convirtió en un homenaje de despedida a quien obró el milagro de mantener a su partido en el poder, hasta la fatídica sentencia sobre la primera etapa de la Gürtel. Rajoy quiso elevar la moral de sus compañeros de partido vindicando la nobleza del compromiso político. Defendió una España «sin asimetrías y sin privilegios», cuando entre los populares se ha puesto en duda su gestión de la crisis catalana. Y, junto a esa enigmática frase de «me aparto, pero no me voy», envió dos señales críticas a la concurrencia: «No somos doctrinarios» y «seré leal».

Nunca antes los compromisarios populares habían participado en un cónclave tan abierto, en el que el voto de cada congresista importa tanto

El PP desembocó ayer en su Congreso extraordinario tras un primer escrutinio en el que los afiliados inscritos situaron a Soraya Sáenz de Santamaría y a Pablo Casado como sus preferencias para relevar a Mariano Rajoy en la presidencia de la primera formación española. Aunque las ovaciones de la despedida revelaron que los compromisarios no estaban, todavía, en situación de prescindir del dimisionario. Inicialmente, los candidatos evitaban explicitar sus diferencias, hasta que la preselección de los dos aspirantes finales ha aflorado reproches, invectivas y hasta tentativas sobrevenidas de divergencia ideológica. Nunca antes los compromisarios populares habían participado en un cónclave tan abierto, en el que el voto de cada congresista importa tanto. Pero el temor a que los distintos círculos de poder del partido y sus dirigentes no sean capaces de gestionar tan novedoso experimento, el miedo a la división, pesa probablemente más que la ilusión de la militancia por haberse librado de un dirigismo absoluto.

Los procesos de primarias internas resultan exitosos cuando sirven para activar a las bases partidarias, enriquecen el debate político y despiertan el interés social, dando a conocer además la personalidad de los candidatos. Las primarias del PP, que culminan en el Congreso extraordinario, no han entusiasmado, precisamente, a unas bases desconcertadas por la repentina pérdida del Gobierno y la retirada también inesperada de Rajoy. Gane quien gane la liza congresual, Santamaría o Casado, se enfrentará al desafío de recuperar el ánimo de la militancia y ofrecer a los ciudadanos una alternativa política que se abra de verdad a sus inquietudes y aspiraciones. Lo que resultará imposible si los ganadores no se abren a los perdedores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios