Borrar
Juan Manuel Moreno Bonilla, líder del PP en Andalucía. J. M. / REUTERS

Editorial: Banco de pruebas

La alianza entre el PP y Ciudadanos en Andalucía es una plataforma de proyección, pero también una apuesta de riesgo por su dependencia de Vox

El Norte

Valladolid

Jueves, 27 de diciembre 2018, 08:42

Comenta

El acuerdo anunciado ayer por el que el PP y Ciudadanos se repartirán las presidencias de la Junta de Andalucía y del Parlamento regional supone la antesala de un histórico cambio político en esa comunidad, la única en España que ha sido gobernada de forma ininterrumpida por un mismo partido –el PSOE en este caso– desde su acceso a la autonomía. El pacto quedará reflejado hoy en la constitución de la Mesa de la Cámara surgida de las urnas y permitirá a mediados de enero la investidura del popular Juan Manuel Moreno al frente de un Ejecutivo de coalición entre ambas formaciones, con el apoyo de Vox.

La insólita experiencia que está a punto de estrenar Andalucía representa un banco de pruebas para un centro-derecha que, lejos de verse lastrado por su creciente fragmentación, sumó una mayoría sin precedentes en un terreno que tradicionalmente le había sido poco propicio. Aquel sorpresivo resultado en el hasta entonces fortín del socialismo lo refuerza como alternativa ante las próximas citas electorales. Pero el elevado nivel de exigencia que conlleva la gobernación de Andalucía es, al mismo tiempo, una plataforma de proyección y una apuesta de alto riesgo.

Lo tiene, sin duda, la necesidad del PP y Ciudadanos de contar, para alcanzar el poder, con un partido como Vox, exponente de la derecha más radical al alza en varios países europeos y que propugna algunos postulados difícilmente compatibles con la Constitución y otros que la vulneran de forma flagrante. Las dos formaciones que liderarán la Junta se han esforzado en marcar inequívocas distancias con una parte de esos planteamientos en el programa de Gobierno que han acordado. En él se comprometen, por ejemplo, a apoyar la diversidad sexual y no existe mención alguna a la devolución de las competencias en sanidad y educación o la repatriación de los inmigrantes ilegales.

Sin embargo, su previsible dependencia de Vox para sacar adelante cualquier proyecto en un Parlamento muy polarizado por el eje derecha/izquierda será un elemento de presión que pondrá a prueba la solidez de su alianza y su capacidad para hacer realidad las promesas de carácter social, transparencia y regeneración democrática. La recomposición del mapa electoral por el auge del extremismo de derechas no puede obviar la necesidad de acuerdos transversales de fondo en España ni la existencia de una abrumadora mayoría que aboga por la moderación y por el sistema de convivencia dibujado en la Constitución.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Editorial: Banco de pruebas

Editorial: Banco de pruebas