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Imagen del arresto. Foto: Policía Nacional | Vídeo: Atlas

El criminal más buscado de Holanda se escondía en una comuna en España

Brech, que ha aceptado ser extraditado tras ser detenido, violó y mató a un niño hace 20 años en los Países Bajos

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Lunes, 27 de agosto 2018, 08:16

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El criminal sexual más buscado en Holanda se escondía en una suerte de comuna en una montaña perdida de Castellterçol, un pueblo de la comarca barcelonesa de Moyanés, a 50 kilómetros de la ciudad condal. Allí, el domingo, agentes de los Grupos de Operaciones Especiales (GOES) de la Policía detuvieron a Joseph Theresia Johannnes Brech, de 55 años, el asesino y violador de un niño, al que secuestro hace ahora 20 años en un campamento de verano en el que el ahora arrestado era monitor.

El nombre y la fotografía de Brech había saltado a las portadas de todos los medios de comunicación holandeses hace solo unos días, después de que una vastísima operación policial diera con su identidad casi dos décadas después del crimen que conmovió a la opinión pública de aquel país y que todavía ahora era recordado. La policía holandesa llegó hasta su identidad tras convocar a 21.500 hombres de todo el país para comparar su ADN y comprobar si alguno de ellos era familiar de la persona que había secuestrado, violado y asesinado al pequeño Nicky Verstappen, de once años, quien fue raptado de su tienda en un campamento juvenil la noche del 9 al 10 de agosto de 1998 en la provincia de Limburg, en el sur de Holanda

El cuerpo del menor apareció un día después en un pinar cercano. La única pista para localizar al asesino fueron los rastros genéticos que el agresor había dejado en el lugar del crimen, pero no había forma del compararlos legalmente con el ADN de los sospechosos, en particular con los del propio Brech, quien desde el principio estuvo en el punto de mira de la policía, ya que en 1985 ya había sido investigado por otra agresión sexual. Sin embargo, la colaboración de esos miles de varones holandeses permitió a los agentes contar con ADN voluntario de familiares de Brech y confirmar que los restos encontrados en el pinar eran suyos.

No obstante, los agentes no tenían ni idea del paradero del violador desde que el pasado febrero desapareciera de Holanda, probablemente porque temía que la macroinvestigación policial con el ADN estaba cerca de dar resultados. Las autoridades holandesas pidieron la colaboración de la policía francesa para inspeccionar un chalet que Brech tiene en Los Vosgos (noreste de Francia), pero tampoco estaba allí, aunque al parecer había pasado un tiempo en esa vivienda recientemente.

Superviviente

Tras 20 años de investigación, la captura del presunto asesino podía convertirse en una nueva pesadilla, ya que el sospechoso es un auténtico 'bushcrafter', un especialista en supervivencia en medios naturales, donde podría subsistir sin ayuda en refugios y cuevas en el bosque y alimentándose de la naturaleza. Él mismo, avezado montañero con una cima en el Everest y varias expediciones en India y Paquistán, además instructor de 'boy scout' hasta 2002, había publicado varios vídeos en internet sobre las técnicas de supervivencia y, en el momento de su detención, tenía en su poder todo tipos de material para el 'bushcrafter', como instrumentos de pesca, baterías, un libro de plantas silvestres comestibles, sobres de comida deshidratada, botas y ropa de montaña de todo tipo.

De hecho, los investigadores pensaban que, desde su huida de Holanda el pasado invierno, se estaba moviendo por zonas deshabitadas de Europa, trabajando a cambio de comida. Brech, sin embargo, no había deambulado tanto. Según reconoció a los policías que le capturaron, se encontraba en España desde marzo. Se había instalado recientemente en su propia tienda de campaña cerca de la comuna de Castellterçol, con la que colaboraba en algunas ocasiones.

El miércoles de la pasada semana las autoridades holandesas, incapaces de dar con su paradero, decidieron hacer pública su fotografía y pedir la colaboración ciudadana. Solo durante el pasado fin de semana, recibieron 1.500 avisos. Entre ellos, uno bueno. Un compatriota suyo, de nombre Erik y 46 años, le había identificado sin género de dudas como el holandés «de buena apariencia» con el que había estado charlando el pasado julio «amigablemente» en las inmediaciones de la comuna de Castellterçol, a la que él mismo había pertenecido hace años. De inmediato, avisó a las autoridades holandesas y éstas, el sábado, se pusieron en contacto con el Ministerio del Interior.

Agentes de incógnito de la Policía Nacional comprobaron que, efectivamente, el sospechoso de Castellterçol en apariencia era Brech. Y fue allí, donde los GOES lo redujeron el domingo, cuando el sospechoso había salido a cortar leña.

Este lunes, el presunto criminal fue puesto a disposición de la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela para su trámite de extradición. Brech, que fue enviado a cárcel sin posibilidad de fianza, aceptó su entrega a Holanda, que podría ser cuestión de días tras su aceptación.

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