Borrar
Consulta la portada del periódico en papel
Pedro Sánchez y el presidente de China Xi Jinping durante el almuerzo oficial en La Moncloa. EP
Comercio en libertad

Comercio en libertad

La 'declaración de Madrid' entre España y China se convierte en una proclama de principios frente al proteccionismo

El Norte

Valladolid

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Jueves, 29 de noviembre 2018, 08:44

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La visita de Estado a España del presidente de China, Xi Jinping, ha dado como fruto una declaración conjunta que aboga por el multilateralismo y el libre comercio, además de un sinfín de acuerdos comerciales y de compromisos empresariales que afianzan las relaciones entre ambos países en un momento en que la economía global está padeciendo los efectos del proteccionismo de Donald Trump. La declaración suscrita aboga por una economía mundial «abierta, equilibrada e inclusiva», acorde con lo establecido por la Organización Mundial de Comercio, en la que se incardina la «relación estratégica integral» entre Madrid y Pekín. En otras circunstancias hubiera pasado inadvertida por los lugares comunes a los que recurre para reafirmar los valores de la libertad económica y la prevalencia del derecho internacional. Pero en el tormentoso panorama que se obstina en recrear a diario el inquilino de la Casa Blanca, se convierte en toda una declaración de principios frente a los efectos en cadena que pueda inducir el proteccionismo de esta Administración estadounidense ante la próxima cumbre del G-20. Por otra parte, el anuncio del presidente chino de que su Gobierno abrirá aún más sus puertas en demanda de productos y servicios de calidad advierte de que su país es un mercado exigente, capaz de generar por sí mismo bienes de consumo masivo, que busca en el exterior solo aquello que aporte un especial valor añadido. Las empresas españolas que hace más de tres décadas iniciaron la exploración comercial e industrial de China describen perfectamente, en su cartera de negocios y en su evolución, los cambios operados en la economía de aquel país. Es razonable que, junto al establecimiento de acuerdos en determinados sectores y entre compañías, España haya rehusado sumarse a la nueva 'ruta de la seda' proyectada por Pekín. Conviene no olvidar que el multilateralismo y el libre comercio por los que aboga China son valores positivos frente al cierre de fronteras que propugnan los Estados Unidos de Trump, pero que Pekín los concibe y ejerce a su manera. En el 40 aniversario de que China optara por la apertura al exterior, esta no puede entenderse al margen de los afanes expansionistas de una economía de Estado que, además, se encuentra en manos del Ejército en cuanto a su desarrollo estratégico y tecnológico más avanzado. Los compromisos internacionales se basan en el interés común; y es común a España y a China el interés de plantar cara al proteccionismo, así como el de incrementar de manera equilibrada sus relaciones comerciales. Pero siempre con la reserva de que no se trata de una misma concepción de la economía libre.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios