El Gobierno reclama a Mas que reconozca su fracaso y pare el desafío

El Gobierno reclamó hoy a Artur Mas que reconozca que ha fracasado en su intento de imponer un Ejecutivo independentista a los partidos que en las pasadas elecciones catalanas lograron el 52% de los votos -los que postulan el mantenimiento en España de la autonomía- y que dé por finalizado su desafío al Estado y a la Constitución.

La vicepresidenta del Gobierno señaló que lo único que ha conseguido hasta ahora es "fracturar" y partir en dos mitades a la sociedad y las instituciones catalanas y aprobar un declaración de independencia que en solo 48 horas ha sido suspendida por el Ejecutivo de Mariano Rajoy y el Tribunal Constitucional, con el apoyo del principal partido de la oposición, el PSOE.

Soraya Sáenz de Santamaría llamó a Mas a que "reflexione" porque está en una "situación delicadísima", sin apoyos parlamentarios para constituir el Gobierno de la Generalitat, con divisiones en Convergència, y sin el aval ni de los resultados de las elecciones autonómicas -ganadas en su opinión por los no secesionistas, no en escaños, pero sí en votos- ni de la Constitución.

La vicepresidenta le reclamó que abandone la idea de ser investido presidente de la Generalitat "a cualquier precio", haciendo todas las concesiones posibles a la CUP y sin importarle lo más mínimo el cumplimiento de la ley, porque "por un cargo no merece vender una comunidad autónoma" a una formación radical y antisistema. "Al final -indicó-, uno tiene que ser consecuente" y "no puede someter a un pueblo como el de Cataluña a esa fractura", porque, añadió, "Cataluña funciona bien, quien no lo hace es su actual presidente en funciones y quienes le acompañan".

Sáenz de Santamaría restó importancia a la encuesta del 'CIS catalán' que apunta a un aumento de los escaños independentistas, con especial crecimiento de la CUP, en la intención de voto de los catalanes un mes después de los comicios del 27-S, así como a un resurgir del sentimiento favorable a la secesión. Recordó que la encuesta buena, "la realidad", es que el 27-S, en el plebiscito político ilegal que quiso celebrar Artur Mas, los rupturistas no llegaron al 48% y los no rupturistas sumaron el 52% de los votos.

La número dos del Ejecutivo, al igual que hizo el jueves Mariano Rajoy, no quiso echar más gasolina al fuego y evitó responder a qué hará el Gobierno si los responsables de las instituciones catalanas desobedecen abiertamente la suspensión del Constitucional y desarrollan la resolución de desconexión con España paralizada el miércoles por la corte. "Esperemos que la suspensión sea el último punto de esta historia", comentó antes de concluir con el llamamiento "a todos" a "respetar las leyes y las resoluciones de los tribunales". Rajoy, no obstante, advirtió de que, si la desobediencia se produce, el Estado "no mirará para otro lado" y "actuará".