Borrar

Una vida en 10 momentos

El monarca ha cumplido 39 años al frente de la Jefatura del Estado, desde su designación por parte de Francisco Franco hasta su inminente abdicación

REDACCIÓN

Lunes, 2 de junio 2014, 23:27

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Desde su papel en el desmantelamiento de la dictadura franquista, pasando por el 23-F, hasta cacerías fastuosas en plena crisis, Juan Carlos I ha labrado su actual imagen con una trayectoria plagada de luces y sombras.

Don Juan Carlos llega a España

Don Juan Carlos nació en un apartamento de Roma como consecuencia del exilio de su familia tras la victoria franquista en la Guerra Civil. No sería sino hasta cumplidos los diez años cuando el futuro Monarca pisaría por primera vez territorio español. Su estancia no sería muy prolongada. El deterioro de las relaciones entre el dictador y su padre, don Juan, le devolvería a Estoril, aunque regresaría en 1950 para continuar con sus estudios.

Casado ya con doña Sofía, don Juan Carlos se trasladaba a Madrid a comienzos de 1963 y establecía su residencia en el Palacio de la Zarzuela. A finales de esa década, concretamente el 22 de julio de 1969, las Cortes ratificaban su nombramiento como sucesor al título de la Corona, siguiendo así lo dispuesto por la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado de 1947. Ese mismo día, juraba cumplir y hacer cumplir las leyes que cimentaban la arquitectura del régimen franquista, aunque posteriormente se apoyaría, ya coronado Rey, sobre las mismas para orquestar el cambio de sistema político que derivaría en la llegada de la democracia.

El Rey Juan Carlos fue Jefe de Estado del franquismo

El 22 de julio de 1969, las Cortes Españolas designaron a Juan Carlos -nieto de Alfonso XIII e hijo de Juan, su quinto hijo- como sucesor de Francisco Franco, como resultado de una decisión suya y súbita, en la Jefatura del Estado, con el título de rey.

Entre el 19 de julio y el 2 de septiembre de 1974, Juan Carlos desempeñó, por primera vez y de forma interina, la Jefatura del Estado por la enfermedad de Franco, que ejercería nuevamente desde el 30 de octubre al 21 de noviembre de 1975.

El rey Juan Carlos posee el honor de haber sido jefe de estado durante la dictadura, la transición y la democracia.

Coronado ante las Cortes franquistas

El 22 de noviembre de 1975, Juan Carlos de Borbón se convertía en Rey de España ante las cortes franquistas, en cuyos escaños había muchos procuradores que no le veían con buenos ojos. Aquel joven Príncipe, que momentos después se convertiría en Rey, compareció visiblemente nervioso ante la Cámara, acompañado por su mujer y sus tres hijos, todavía muy pequeños. Las imágentes y los vídeos del momento recogen el semblante de los presentes. Ni una sonrisa, caras serias y gestos duros. Ni siquiera don Felipe y las infantas, como niños, protagonizaron alguna travesura. Sólo se dedicaron a contemplar, con infantil curiosidad, la arquitectura de la cámara, sus frescos, gradas y vidrieras.

La voz entrecortada de don Juan Carlos y su mirada distaban mucho de las que empleó la noche del 23 al 24 de febrero de 1981, cuando dijo no a una asonada golpista que trato de poner en jaque a la joven democracia española. De pié, junto a los símbolos de la corona, el ya Juan Carlos I, tal vez presa de tensión, no dudó en secundar los vivas, incluido el de ¡viva el rey!, proferidos por el presidente de las Cortes. Su exaltación como Rey tuvo lugar cinco días después, con una misa en la iglesia de San Jerónimo y la aparición junto a la Reina en el balcón del Palacio de Oriente.

Desactivación del golpe del 23-F

El rey Juan Carlos I de España ganó su legitimidad ante los españoles el 23 de febrero de 1981 cuando se opuso al intento de golpe de Estado defendiendo "el orden constitucional" frente a los golpistas.

"He ordenado a las autoridades civiles y a la junta de jefes de Estado Mayor que tomen todas las medidas necesarias para mantener el orden constitucional", anunció el Rey en un discurso televisado que trajo la tranquilidad a un país en vilo cuando 200 guardias civiles encabezados por el teniente coronel Antonio Tejero habían tomado el Congreso.

Los golpistas intentaban intimidar a los diputados, especialmente al vicepresidente del Gobierno, el teniente general Manuel Gutiérrez Mellado, que intentó oponerse a ellos, siendo zarandeado por Tejero, mientras sonaban las ráfagas.

Las cámaras del Congreso mostraron a los diputados escondiéndose tras sus escaños a excepción de Gutiérrez Mellado, el expresidente del Gobierno Adolfo Suárez, y el líder comunista, Santiago Carrillo, que permanecieron sentados. "Era posible que nos mataran, pero lo que cabía era salvar el honor", relató Carrillo posteriormente a la televisión pública española.

La confusión reinó algún tiempo entre los diputados, muchos de los cuales creyeron que se trataba de un asalto de miembros de ETA.

Juan Carlos, nombrado sucesor por el dictador Francisco Franco, se había legitimado desde el punto de vista jurídico en la Constitución, pero evidentemente su legitimación desde el punto de vista social se produjo esa noche cuando en lugar de optar por los golpistas optó por su pueblo, y en ese sentido hizo más por la monarquía que todos sus antepasados juntos.

Desde que tuvo noticia del golpe, Don Juan Carlos, con un joven príncipe Felipe de 13 años a su lado durante toda la noche, habló por teléfono desde su palacio de la Zarzuela con las distintas autoridades militares para averiguar los apoyos que tenía el movimiento, como el del capitán general de la Región Militar de Valencia, Jaime Milans del Bosch, quien decretó el estado de excepción y sacó los tanques a la calle. El discurso televisado del monarca supuso el comienzo del fin del golpe.

Juegos Olímpicos de Barcelona 1992

Los Juegos Olímpicos de Barcelona, celebrados hace 22 años en la Ciudad Condal, supusieron la rúbrica definitiva a la entrada de España en la escena internacional y la consolidación de la apertura iniciada cuando Don Juan Carlos accedió al trono. El Rey, que participó en los JJ OO de Múnich dos décadas antes, presidió junto a la Reina Sofía la ceremonia de apertura.

Un acto, el celebrado en el estadio olímpico de Montjuic, que ha quedado grabado en el imaginario colectivo de varias generaciones de españoles que vieron como el Príncipe de Asturias, Don Felipe, fue el abanderado de la delegación española. Un momento que los Reyes vivieron con emoción, al igual que la infanta Elena, que no pudo contener las lagrimas. Tanto Don Juan Carlos, como el resto de la Familia Real, vivieron con emoción los logros deportivos de España en las diferentes modalidades, como se puede apreciar en la imagen como celebraron efusivamente un tanto logrado por la selección masculina de waterpolo en la final.

La muerte de Don Juan

El 1 de abril de 1993, Don Juan Carlos vivió un duro golpe con la muerte de su padre, Don Juan de Borbón y Battenberg, conde Barcelona, a los 79 años. Su fallecimiento llegaba después de 13 años de lucha contra el cáncer de laringe que le fue diagnosticado en 1980 en el Memorial Hospital de Nueva York. Don Juan de Borbón fue enterrado en el Monasterio de El Escorial con honores de Rey de España, a pesar de que no llegó a ser coronado.

Las reglas dinásticas avalaban su condición como tercer hijo y heredero del Rey Alfonso XIII, pero la falta de sintonía entre Don Juan y el general Franco determinaron el salto en la línea de sucesión y permitieron el nombramiento de Don Juan Carlos con el nuevo título de Príncipe de España, algo que no agradó a Don Juan de Borbón, quien se negó a renunciar a sus derechos sucesorios hasta 1977.

Diez años de la boda más lluviosa

Era una boda y las bodas suelen ser alegres. Pero las condiciones no ayudaban mucho. Nueve días antes, España sufría el mayor atentado de su historia. La barbarie terrorista sesgaba 192 vidas en Madrid. La ciudad de Felipe. La ciudad que adoptó a Letizia que, como tantos foráneos, se sintió como en casa. Pero la ciudad estaba esquiva. No quería participar en la fiesta, en el enlace del último hijo de los Reyes de España, el primero en la línea de sucesión. Descargó agua con furia. Agua más propia de noviembre que de finales de mayo, cuando el verano amaga con adelantarse.

Pero ese 22 de mayo de mayo de 2004, el estío estaba resguardado. Letizia intentaba ocultar los nervios y su disgusto. A ninguna novia le gusta ver llover el día de su boda, el momento de lucir ese majestuoso traje realizado por el maestro Pertegaz. Era el momento que cerraba un círculo que comenzó un sábado 1 de noviembre de 2003, cuando España se enteraba que el Príncipe de Asturias se casaba con una periodista, presentadora del Telediario. El 6 de noviembre se realizaba la petición de mano en el Palacio Real y comenzaba el escutrinio a la familia que, ese 22 de mayo lluvioso, acompañaba a la futura reina de España

Nace Leonor, la que será la heredera más joven de Europa

El 31 de octubre de 2005 nació la nieta más esperada, Leonor de Todos los Santos de Borbón y Ortiz, la primera hija de los príncipes de Asturias. A partir de ese momento pasó a ocupar el segundo lugar en la línea de sucesión al trono de España, desplazando a sus tías, la infanta Elena y la infanta Cristina. Fue bautizada en el palacio de la Zarzuela el 14 de enero de 2006 y sus padrinos fueron los reyes, don Juan Carlos y Doña Sofía.

La primera vez que asistió a una recepción oficial fue el 12 de julio de 2010 para felicitar, junto a su hermana la infanta Sofía, a la Selección Española que acababa de ganar la Copa Mundial de Fútbol en Sudáfrica. A partir de hoy, con la abdicación de su abuelo, la situación cambia y en el momento en el que su padre sea proclamado rey ante las Cortes Generales, ella pasará a ser la heredera del trono de España y princesa de Asturias, además de la heredera más joven de Europa.

¿Por qué no te callas?

El famoso por qué no te callas que don Juan Carlos le espetó a Hugo Chávez en la Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile fue sin duda el episodio más famoso en la relación entre España y el mandatario venezolano. La reprimenda del Rey ante todos los dirigentes latinoamericanos se produjo mientras el comandante lanzaba un duro ataque contra el expresidente José María Aznar, que había dejado la Moncloa tres años antes. Un tiempo insuficiente, sin embargo, para aplacar las iras de Chávez con el expresidente español. Ambos debieron de soportarse durante cinco años en los que no ocultaron su desprecio mutuo.

El rifirrafe entre el monarca y Chávez en Santiago de Chile quedó marcado para la historia. En sus encuentros posteriores ambos intentaron mantener las formas e incluso bromear con el encontronazo. Don Juan Carlos, durante una visita en Palma de Mallorca en 2008, regaló a Chávez una camiseta con el famoso por qué no te callas impreso en el pecho. Y el presidente venezolano tampoco se quedó a la zaga: Le he pedido a mi amigo Juan Carlos de Borbón un dinerito por los derechos de autor generados por la frase, ya que fue mérito de los dos, mitad y mitad. En otra ocasión posterior llamó gran amigo al Monarca y dijo de él que es como dicen los españoles, un tipazo. E incluso añadió que una vez en Mdrid el propio don Juan Carlos le había preparado el desayuno sabroso en pantuflas y bata. Aún así Chávez nunca cerró por completo el choque con el Monarca. El Rey Juan Carlos tuvo la suerte de que no lo oí en ese momento porque si lo hubiera escuchado le hubiera mandado las cargas de la caballería en su contra", dijo en octubre de 2012 el líder bolivariano.

Cuando Chávez falleció, el monarca, ingresado en la Clínica La Milagrosa tras ser operado en la columna, envió en un telegrama enviado a Nicolás Maduro la "dedicación" que "siempre" el líder bolivariano demostró a su país.

La crisis de Botsuana

Botsuana fue el momento más complicado del reinado de don Juan Carlos. Unas vacaciones privadas en Botsuana para cazar elefantes se convirtieron en una pesadilla para la Monarquía. El Rey tuvo un accidente, se cayó al suelo en el establecimiento en el que estaba alojado y además de su cadera, algo se rompió en su relación con sus españoles. En un momento en el que la crisis económico azotaba con especial virulencia a España (abril del 2012), aquel viaje rompió uno de los tabús de la democracia, la crítica al Rey. Sus palabras, Lo siento. Me he equivocado. No volverá a ocurrir, le volvieron a hacer ganar crédito entre la ciudadanía, aunque visto en perspectiva, muchos piensan que fue el verdadero detonante de su abdicación

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios