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Cómo minimizar los riesgos al conducir con nieve, hielo, niebla, viento o lluvia

Cómo minimizar los riesgos al conducir con nieve, hielo, niebla, viento o lluvia

Principalmente se debe reducir la velocidad, evitar una conducción brusca y mantener una adecuada distancia de seguridad

S. M.

Madrid

Lunes, 11 de enero 2021, 13:20

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La Dirección General de Tráfico (DGT) nos aporta una serie de recomendaciones para minimizar los riesgos en caso de tener que conducir con nieve, hielo, niebla, viento o lluvia. Las tres principales: reducir la velocidad, evitar una conducción brusca y mantener una adecuada distancia de seguridad con el vehículo que nos precede.

Con nieve y hielo

Conducir con nieve o hielo es peligroso y aumentan considerablemente las probabilidades de tener un accidente. Así que si no hay más remedio que moverse con el coche con nieve sobre el asfalto, suavidad en todo momento, ya sea al maniobrar, al frenar, o al cambiar de carril para adelantar o al acelerar. Se debe aumentar aún más que con lluvia la distancia de seguridad respecto al coche de delante. Esto te permitirá tener más metros para detenerse ante una frenada brusca.

¡Ojo a la temperatura! Estar pendiente del termómetro exterior, ya que si de repente comienza a bajar la temperatura, helará y aparecerán placas de hielo muy peligrosas. Las placas de hielo suelen encontrarse en zonas umbrías orientadas al norte, puentes y zonas cercanas a los ríos. Extreme la precaución en estos lugares. Si pisas una placa de hielo y pierde el control, levante el pie del acelerador, no frene hasta que las ruedas recuperen la adherencia, no rectifique la dirección, y al salir de la placa procure que las ruedas estén rectas y luego corrija la trayectoria.

Hay que llevar bien aprendida la lección sobre cómo se montan las cadenas, necesarias si el coche no va equipado con neumáticos de invierno. El mal tiempo complicará las cosas cuando tengamos que hacerlo.

Con niebla

En caso de que nos sorprende la niebla, llevar unas luces en perfecto estado resulta fundamental. Adapte la velocidad a la visibilidad y encienda las luces antiniebla, nunca active las largas. Amplíe la distancia de seguridad respecto al coche que nos precede para evitar un choque en cadena ante un posible frenazo. Con niebla muy espesa, guíese por las marcas longitudinales y laterales del asfalto. Una vez superado el banco de niebla, no olvide desconectar las luces antiniebla para no molestar a los otros usuarios de la vía.

Los neumáticos runflat pueden seguir rodando una vez pinchados ya que tienen los flancos reforzados. Y si se desplaza habitualmente en zona de nieblas son muy recomendables. Además, si circula habitualmente por zonas con niebla, compruebe que las gomas de los limpiaparabrisas se encuentren en buen estado. Es esencial para la visibilidad.

Con viento

El viento es el enemigo más traicionero. Agarre fuerte el volante con las dos manos y no se despiste ni un momento. Reduzca la velocidad para evitar que un golpe de viento le empuje fuera de la vía. Los movimientos bruscos con viento fuerte racheado pueden actuar sobre el coche y desplazarlo contra el vehículo de al lado. Al salir de un túnel, al adelantar a un camión o al superar un edificio alto, mantenga una suave presión en el volante contra la dirección del viento para evitar el efecto pantalla.

Si el maletero se le queda pequeño, compre un baúl cerrado para la baca, ya que es mucho más aerodinámico. Si lleva bicicletas o material de esquí, cerciórese de que van firmemente sujetos, para evitar que salgan despedidos debido al viento.

Con lluvia

El asfalto mojado mezclado con las hojas que caen de los árboles se convierte en un peligro para la conducción. Se debe conducir con suavidad, sin brusquedades, giros o frenazos inesperados; reducir la velocidad si el asfalto está deslizante o hay probabilidad de acumulaciones de agua en la calzada; e incrementar la distancia de seguridad respecto al vehículo que nos precede.

Si se produce el tan temido acuaplanin porque el neumático, debido a la velocidad, a la inadecuada presión o a la falta de dibujo, no desaloja el agua como debería, no frene, sujete el volante con decisión sin moverlo y una vez recupere el agarre corrija la trayectoria.

En adelantamientos, aumente la velocidad del limpiaparabrisas, ya que momentáneamente dejará de tener visibilidad por el agua salpicada del vehículo adelantado. Tenga en cuenta que si lleva un turismo o un todocamino con neumáticos M+S o de Invierno, la frenada se alarga considerablemente en seco y también en mojado en verano o si la temperatura ambiente supera los 7 grados centígrados.

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