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El personaje de San Sebastián en el Corpus anterior de Laguna de Negrillos.
Un julio diferente

Un inédito contratiempo para un auto sacramental

Laguna de Negrillos ·

Paco Pelaéz iba a ser el intérprete de San Sebastián en el Corpus del pueblo leonés, acto en el que su madre, de 84 años, participaba como mayordomo

Jaime Rojas

Valladolid

Domingo, 5 de julio 2020, 09:38

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No sé qué da el pueblo, que cuando necesitas algo, dices: me voy allí». Paco Peláez habla así de la localidad leonesa de Laguna de Negrillos, ubicada a medio centenar de kilómetros de la capital, donde gestiona una empresa de limpieza y mantenimiento. De 49 años, no se pierde un fin de semana en su pueblo de 1.100 habitantes porque se necesitan mutuamente.

Pero esta vez su relación con el pueblo ha sufrido un tropezón que no podrá olvidar; un contratiempo provocado como tantos otros por el maldito virus. Escondido detrás de una careta y vestido a la usanza napoleónica, iba a recorrer las calles del pueblo a un lento ritmo marcial y con la ayuda de un guía de sus pasos para representar a San Sebastián en el día del Corpus en junio.

Hace más de tres siglos y medio los habitantes del pueblo iniciaron este auto sacramental, uno de los pocos que aún se realizan, para recordar al santo que antepuso su condición de cristiano a la lealtad a su emperador. Hoy es fiesta declarada de interés turistico.

Paco iba a ser el intérprete, pero el patógeno lo frustró. «Es lo de menos, nada que no tenga arreglo y otro año será», admite «con resignación». El acto, cuya celebración consta desde 1647, nunca se había suspendido «ni en la guerra civil; lo sabemos porque la Cofradía del Señor, encargada de su organización, registra en un libro todo lo que acontece».

Los preparativos ya se habían puesto en marcha. «Estaba todo muy perfilado y en cuanto empezamos a estar confinados abandonamos los ensayos con la esperanza de que volveríamos; pero no pudo ser», explica para relatar a continuación en qué consiste. «San Sebastián ha de llevar la mirada al frente y con la máscara no ves y pierdes la noción de donde pisas; pero una persona te guía para que puedas hacer el recorrido», señala.

«Nunca me había atrevido a hacer el papel, porque me pongo muy tenso y seguro que los nervios me pueden», se sincera Paco, que tomó la decisión de asumirlo al saber que su madre, de 84 años, había aceptado realizar la función de mayordomo. «Fue un ahora o nunca, porque con mi edad no cuadraba mucho ya que suelen ser chavales de unos veinte años», cuenta. «Me encontraba bien físicamente y me ofrecí voluntario; además qué mejor que madre e hijo juntos en un acto que sentimos muy dentro», asegura. La decisión valiente de la madre arrastró al hijo, aunque ambos han visto frustada una ilusión que comparten todos los vecinos de Laguna de Negrillos.

Pero no solo del Corpus y del San Sebastián disfrutan en el pueblo. «Hay fiestas en abril de la Virgen; en mayo, San Isidro, porque es un municipio agrícola y al final de verano, la fiesta de la alubia para despedir a todos los que pasamos las vacaciones aquí», afirma al tiempo que lamenta también su cancelación. Sin embargo, indica que al pueblo ha venido la gente como siempre en la temporada estival «en la que se dobla la población».

Más familiar

Vista la situación en este verano, Paco asegura que es «además de atípico, más familiar, con menos bar, piscina y fiestas que no hay; nos quedamos en el pueblo por obligación y por razones económicas y aquí buscamos el ocio, con reuniones en pandilla en merenderos y patios». «Aquí quien viene a pasar el verano es porque tiene raíces familiares; turismo no hay, aunque el pueblo es muy bonito con un hermoso castillo», afirma.

Paco insiste en su cariño al pueblo y cree que «ojalá sirva para que muchos se den cuenta que se vive muy bien». «Quizá sea esta catástrofe una oportunidad para atajar la despoblación, porque Laguna se sumó de los últimos a la modernización de la agricultura y ahora hay jóvenes que se quedan en el campo y no emigran como ocurrió en los años 40 y 50 del siglo pasado», reflexiona y añade que «por trabajo voy y vengo y lo bueno es que mi hijo quiere estar en el pueblo».

Paco Peláez desea que «hayamos aprendido de esto». Su interpretación de San Sebastián junto a su madre «es secundario y lo importante es volver a la normalidad cuanto antes y disfrutar de otra manera de este verano». Ya habrá tiempo para vivir una fiesta que en su pueblo llevan en el corazón.

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