Gago reitera su inocencia entre lágrimas y Triana se queja de las «mentiras» de los testigos
Ambas acusadas por el crimen de Isabel Carrasco gastan los últimos cartuchos en sus alegatos finales del juicio; Montserrat González ni siquiera quiso hacer uso de su turno
A. CUBILLAS
Lunes, 15 de febrero 2016, 21:40
Entre lágrimas y completamente destrozada, Raquel Gago ha hecho uso de su derecho de última palabra para remarcar: «soy inocente».
La agente de la Policía Local aseguró que un día se levantó un día por la mañana, se fue a trabajar y al día siguiente cambió su vida. «Entré en Comisaría como testigo y salgo como imputada».
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Después de eso, continuó, la jefa de la UDEV decide que ingrese a prisión, donde estuvo ocho meses y medio. «No quiero explicar lo que es eso».
En este punto recordó que al igual que había dicho su abogado, «que siempre habla en mi nombre», no conocía a Isabel Carrasco «pero ni a ella ni a nadie le deseo lo ocurrido».
«Las personas que a mí me conocen, que me quieren y que han estado a mi lado, saben realmente quién soy y cómo soy. Las personas que no me conocen y se atreven a decir muchas cosas allá su conciencia. Si se ponen en el lugar de mi familia pueden imaginarse lo que han podido pasar en todo este tiempo donde más de año y medio no he tenido en prisión aunque he estado en libertad porque siempre hay algo sobre ti que hasta que no te aclare».
Agradeció a Fermín y a sus amigos por estar ahí a los que les pidió al tribunal que miren escuche y lo que en la Sala se ha dicho y concluye recordando que es inocente.
Nada con fondo en el alegato final, ni una sorpresa, nada fuera del guión. Triana Martínez, con voz pausada, casi tímida, ha tenido un alegato final de perfil bajo, sin estridencias. Su madre ni siquiera quiso hacer uso de su turno.
«Quiero decir que me da mucha pena haber escuchado a muchos testigo que han venido a decir mentiras y que casi no me conocían y otros que no han querido venir o que están ausentes», ha asegurado la hija de la asesina confesa.
Además ha advertido que los médicos forenses, en su intervención, «nos llevaron al juzgado a mamá y a mí, les pedimos si nos podían quitar las esposas y ellas dijeron que no».
Y en esa línea ha proseguido: «Fueron especialmente bordes y además insistían muchísimos en las preguntas del sumario y en las armas cuando mi abogado había dicho que no podían preguntar nada del sumario».
«Quería decirles en referencia al a visita la médico psiquiatra y forense, le vi en tres ocasiones, solo fui capaz de contarle a él el incidente que tuve que pasar con Isabel en su casa», ha asegurado.
Poco más ha añadido Triana en su intervención final. Nada nuevo que pudiera provocar un giro en el caso.