El abogado de Raquel Gago: «Tengo la sensación de que hay una mano negra»
Fermín Guererro pregunta al jurado si prefieren que un inocente este en prisión solo por suposiciones
A. CUBILLAS-LEONOTICIAS
Lunes, 15 de febrero 2016, 20:15
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El abogado de la policía local Raquel Gago, que solicita la libre absolución para su representada, manifestó hoy que se han vertido multitud de acusaciones para justificar la supuesta participación de su representada en la muerte de Isabel Carrasco. Un planteamiento, dijo, que no ha logrado probar que existiera esa implicación de Gago y que se limita a conjeturas e hipótesis distintas.
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Fermín Guerrero mostró su confianza en que el jurado llegue a la conclusión de que es inocente y se preguntó qué persona se involucrar en un hecho de esta magnitud por amistad y qué razón podría haber llevado a Gago a «poner en riesgo su vida para ayudar a una amiga», cosa que, afirma, no ocurrió.
Los informes sobre los posicionamientos telefónicos, con datos contradictorios sobre ubicaciones y horarios, son a su parecer «una gran chapuza» que en absoluto puede demostrar que su clienta hizo labores de seguimiento a Carrasco, como consideran el fiscal y las acusaciones. Si Raquel hubiera estado ese día esperando a Triana para llevarse el arma del crimen, señaló, no hubiera mantenido una charla prolongada con el controlador de la ORA.
También hizo hincapié en que las acusaciones han modificado sus conclusiones iniciales en el sentido de proponer dos alternativas sobre la posible condena de Gago para ser declarada cómplice o encubridora en el caso de que no se la considere culpable de los hechos en el grado en el que solicitan inicialmente, es decir, con la misma implicación que atribuyen a madre e hija. JNo se puede jugar con las personas. No hay nada probado», reiteró.
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La reacción
Defendiendo que su representada es una persona normal, sí insistió en que padeció una disonancia cognitiva que le impidió reaccionar con normalidad ante los hechos. No se creyó lo que estaba pasando y se produjeron unos mecanismos de defensa, un choque entre la razón y la emoción, argumentó. Aunque hubiera sido mejor para ella poner en conocimiento de cualquiera que acababa de estar con madre e hija un rato antes del asesinato y que vio a Triana minutos después, no lo hizo.
La policía local, según su abogado, tuvo 30 horas para decidir qué hacía con el arma, en el caso de que hubiera querido hacerla desaparecer. Lejos de eso, recordó, avisó a la Policía Nacional cuando descubrió en su coche el bolso que contenía el arma y ató cabos de lo que había ocurrido. Les pido una sentencia conforme a las pruebas. Esto no tenía que haber pasado, nadie se merece esto pero Raquel y su familia también son víctimas de esto, concluyó.
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Por su parte, el abogado que representa a Montserrat González y Triana Martínez en el juicio por la muerte de Isabel Carrasco insistió hoy en que el policía nacional jubilado que presenció el crimen junto a su mujer y que luego persiguió a la madre mintió en su testimonio y sí perdió de vista a la asesina cuando se deshizo del arma del crimen, en lugar de entregársela a su hija, como sostienen fiscal y acusaciones.
«¿Por qué le han convencido para que mienta? No sabemos el motivo por el que dice que no la perdió de vista cuando sí la perdió. ¿Qué es lo que está pasando aquí? ¿Qué interés hay aquí? Permítanme que yo también tenga mis dudas con esta falta de memoria», interpeló a los miembros del jurado, según informa Ical.
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El letrado insistió en que el asesinato se cometió dos minutos después de la hora que consta como oficial (17.15) y la madre habría llamado a la hija, como él argumenta, cuando vio a Isabel Carrasco y comenzó a seguirla, no después del asesinato. Montserrat vio la oportunidad que llevaba tiempo esperando y llamó a Triana para contarle que estaba viendo a la víctima. «Hoy se soluciona todo», le habría dicho, según José Ramón García.
En su alegato al jurado durante la presentación de las conclusiones definitivas, repasó los hechos incidiendo en lo que definió como numerosas irregularidades de una «investigación mal hecha». Una labor para la que los policías de León contaron con la colaboración de dos agentes llegados de Burgos, a uno de los cuales definió como «listillo». Ellos, según la defensa de madre e hija, habrían sugerido a Montserrat «que se diera por loca».
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A su juicio, estos policías se desplazaron a León para solucionar el problema «porque era un asunto político». También llamó la atención sobre el hecho de que solamente hicieran dos preguntas en el transcurso del interrogatorio: ¿Dónde estuvo esa tarde y dónde compró el arma?. «¿Dos preguntas y no está apañado ese asunto? Puestos a especular... dijo y recordó que los policías de Burgos negaron en principio haber estado en el domicilio de Raquel el día que apareció el arma y luego lo reconocieron ante la juez de Instrucción.
También comentó al jurado que ha tenido dificultades para encontrar testigos. Algunos de los citados esgrimieron viajes, citas médicas o temores a posibles consecuencias. Todo, dijo, en un caso en el que si no hubiera habido testigos directos de los hechos, habría sido más difícil su resolución «por la cantidad de personas que podrían haber cometido ese crimen», entre otras cosas porque Carrasco, añadió, tenía «poder omnímodo sobre vidas y haciendas en la provincia de León y en toda Castilla y León. Yo estaba en Madrid y ya había oído hablar de ella», dijo.
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Incidente sexual
«Yo le pregunté si había ido alguna vez a casa de Isabel y me la describió». Así explicó el letrado su reacción cuando Triana le contó el supuesto incidente sexual ocurrido en el domicilio de la víctima. La importancia de ese incidente, defendió, está en que la persecución «por tierra, mar y aire» que según la acusada ejercía Carrasco podría explicarse en el despecho que ese rechazo habría producido en la política leonesa.
Estado mental
Trastorno delirante paranoide. El diagnóstico psiquiátrico que argumenta para Montserrat hizo que su representada no tuviera más objetivo queacabar con la vida de la que consideraba el origen de todos los males de su hija. Triana, defiende, no está implicada y no se puede demostrar lo contrario.
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