El ruido mediático asedia al jurado

Juristas de la comunidad procedentes de los colectivos de jueces y magistrados y de la abogacía, así como de los ámbitos universitarios, siguen con interés el juicio con jurado por el asesinato de Isabel Carrasco que desde hace dos semanas se desarrolla en la Audiencia de León. En la sala de vistas, casi todos los días toman asiento en las bancadas del público una treintena de alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad de León y del máster, que acuden con sus profesores acompañantes, como Isabel Durán, recién nombrada secretaria de la facultad leonesa, que considera interesante que los estudiantes puedan ver un juicio con jurado, algo que no es frecuente.

Aunque todos parten de la base de que, formalmente, se trata de un juicio con jurado más, dados los ingredientes que posee y le rodean, los especialistas reconocen que el jurado lo va a tener muy difícil para poder abstraerse de tanto ruido mediático que les va a acompañar durante un mes hasta la fecha en que se aíslen de verdad para deliberar y llegar a un veredicto.

In dubio pro reo

Si alguna de las tres acusadas del crimen aún tiene posibilidades de ser absuelta es Raquel Gago, aunque su declaración ha sufrido esta segunda semana un serio varapalo por los testimonios vertidos por algunos testigos clave de la fiscalía y las acusaciones. Para el letrado vallisoletano José Fernández, que defiende varias causas penales en instrucción y sigue con atención el caso Carrasco, el bloqueo de negación de la realidad por parte de la policía municipal Raquel Gago como consecuencia de su cercanía emocional a Triana Martínez es algo plausible. «Puede ocurrir que ese vínculo que existe entre ellas le impida actuar». Y eso arroja una duda razonable sobre lo ocurrido en las horas siguientes del asesinato de Carrasco en la pasarela sobre el Bernesga el 12 de mayo de 2014. En estos casos, recuerdan los letrados, pesa la máxima de in dubio pro reo, es decir, si existen dudas, siempre tienen que ser a favor del acusado porque «siempre es mejor un culpable libre que un inocente preso». Así, a pesar de las declaraciones incriminatorias para la agente realizadas tanto por los inspectores de Burgos como por el agente de la ORA, los profesionales del Derecho consideran que todavía se sostiene una duda razonable sobre su participación en el plan a tres bandas con Triana Martínez y su madre, la asesina confesa, Montserrat González. Aunque a Gago se le presuponga, por su condición de policía municipal, una reacción diferente a la de la gente corriente. «No contar a nadie que había estado poco antes del crimen con su amiga puede obedecer a la reacción lógica de cualquier persona de no verse implicada», apuntan. El plazo de 30 horas hasta que decidió entregar el arma a la Policía Nacional es, quizá, el hecho más controvertido que pesa en su contra. Los jueces y magistrados consultados, por el contrario, creen que la tesis del complot de las tres mujeres se consolida. Creen que «no se librarían de la cárcel en un tribunal profesional». En lo que todos están de acuerdo es en restar importancia al testimonio contradictorio del policía jubilado y no creen que se le abra declaración por falso testimonio. Hablan de un fallo de instrucción porque esa llamada al 112 «tenía que haberse cotejado antes y se había acabado el problema».