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Mario Domínguez junto a la venada que rescató, antes de que fuera liberada.

'Esla' vuelve al monte

La cierva que rescataron de la nieve varios vecinos de la localidad leonesa de Portilla recupera la libertad mes y medio después, tras reponerse de sus heridas

Luis V. Huerga

Domingo, 29 de marzo 2015, 11:40

El pueblo de Portilla de la Reina, en medio del intenso temporal de nieve, saltó a la fama después de que un grupo de vecinos se echara al monte para salvar a una venada, a la que refugiaron un garaje para que no perdiera la vida. Un mes y medio después, el animal, a quien en esta localidad de la montaña leonesa bautizaron como Esla, ha recobrado la libertad, bajo la supervisión de un guarda forestal.

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Se encontraban en el bar del pueblo cuando, en la montaña situada en frente, vieron como el animal se despeñaba desde una cueva en lo alto de la ladera. Tenía el cuello doblado. Pensamos que estaba roto. No se movía, estaba tumbada todo el rato, pero después comenzó a apoyar una pata, comenta.

Parirá en 25 días

Tras pasar por un reconocimiento veterinario, detectaron una sorpresa. Esla estaba preñada y, ahora, le quedan unos 25 días para alumbrar una cría. Durante su estancia en el garaje, a la venada no le faltó de nada. Echamos serrín y hierva en el suelo para que estuviera seca y no pasara frío, y compramos un saco de bellotas para que comiera.

Pero, sobre todo, Esla tuvo mucho cariño por parte de sus cuidadores. Tanto, que la despedida se produjo con muchísima pena. Nosotros la acariciábamos y jugábamos con ella, pero cuando se acercaba alguien a quien no conocía, se asustaba, asegura el joven, como si el animal tuviera la deferencia de la cercanía y la amistad con quienes le habían salvado la vida.

Llegó el momento de liberarla. Los cuidadores abrieron la puerta, pero el animal se resistía a abandonar ese garaje donde se había podido recuperar de los rigores del temporal y de las lesiones tras la caída. Tanto, que fueron ellos mismos quienes tuvieron que sacarla a la calle. Eso sí, con la brisa y la luz del día, Esla no lo dudó. Echó a correr, cruzó la carretera y se perdió en el monte, en el mismo lugar donde había sido rescatada mes y medio atrás.

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«Vivimos de la naturaleza»

El vínculo de la venada con los vecinos del pueblo, en especial con Mario y Fernando, perdurará. Al menos así lo han intentado sus cuidadores durante este tiempo, por lo que le han colocado a la venada un collar reflectante para, si la vuelven a ver, identificarla y saber cómo se encuentra ella y la cría a la que dará a luz en días.

Mario Domínguez responde con humildad cuando se le señala lo amable y solidario del gesto del pueblo con la venada. Cree que es su obligación. Contra el maltrato que muchos achacan a los habitantes de los pueblos después de que, debido al mal tiempo, aparecieran decapitados varios ejemplares muertos de estos animales, el joven se reivindica. De esto, de la naturaleza, es de lo que vivimos. Si no lo cuidamos nosotros, ¿quién lo va a hacer?.

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