El temporal eleva al 110% la ocupación del Centro de Día de León en busca de calor y café

Las calles de León ya no silencian los dramas humanos que se esconden detrás de la crisis. Cada vez son más las personas que por avatares de la vida se han visto obligados a acudir a la caridad ante necesidades que parecen no tener fin.

Dramas que por las noches se esconden entre cartones, en las esquinas de los fríos portales de la capital, en los cajeros que para ellos son desconocidos y que, sin embargo, con los primeros rayos de sol encuentran una cara amiga en el centro de Día Concepción Arenal.

Un espacio donde encontrar ese calor que ahuyenta como un lobo el frío invierno de León. Un café y un dulce hacen más amable la amarga situación que viven la mayoría de estos usuarios que encuentran en este centro de día buena compañía con quien jugar la partida o compartir las dificultades que dibujan su día a día.

De ahí que la Fundación San Vicente de Paúl en su objetivo de intentar mejorar la vida de los sin hogar o las personas en situación de precariedad haya ampliado recientemente el horario de este centro que durante estos meses de invierno alcanza una ocupación del 110%.

Josefina Herrero Durántez, directora de la Obra Social, entiende muy importante que se realiza en este centro de ahí que San Vicente de Paúl conjuntamente con la Fundación Alimerka «este año ha apostado por mejorar el servicio abriendo por las tardes. Eso hasta ahora no lo había en la ciudad de León y es algo que es muy apreciado por nuestros usuarios».

Una mano amiga para los usuarios. Bien lo sabe Borislav, que llegó hace once años de Bulgaría buscando un futuro mejor para su familia. Sin embargo, pronto se dio de bruces con la realidad. La crisis le saco de un mercado laboral que pocas oportunidades le ofrece y que le obligada cada día a reclamar ayuda.

Voluntarios

Un centro que se sustenta por los fondos de los socios y la inyección económica de otros organismos pero al que le dan alas los voluntarios como Julio y Concha que cada día se acercan hasta el centro para colaborar en esta acción y permitir mantener las puertas abiertas.

«En este Centro de Día hay más de 50 voluntarios y gracias a ellos conseguimos que el centro de día funcione como lo está haciendo. A ello se suman los hermanos de la Real Hermandad de Jesús Divino Obrero los fines de semana», señala Josefina que recuerda que son los voluntarios los que «levantan» este centro.

Pero toda ayuda es poca. De ahí que desde la Fundación San Vicente de Paúl invite a los leoneses que quieren colaborar a sumarse a través del servicio de voluntariado o con la entrega de café, leche y azúcar, muy necesario en este espacio dónde cada día se dan una media de 80 cafés.

Un espacio que se suma al Centro nocturno Calor y Café y a la Casa Sin hogar San Vicente de Paúl que completan el programa de transeúntes que desde 1996 esta entidad desarrolla en la capital leonesa y que siempre tiene la puerta abierta para todo aquel que lo necesite.