Triana Martínez junto a Isabel Carrasco en la Diputación de León en 2010.

Triana Martínez se siente una «víctima» y reconoce que su cargo en la Diputación no era beneficioso económicamente

La hija de la asesina de Carrasco dice que no le gustaba como su madre vivía su problema y justifica el crimen: «Está bien pagado con lo que antes pasó»

A. CUBILLAS / LEONOTICIAS

Domingo, 4 de enero 2015, 17:45

La fijación de Triana Martínez con la Diputación de León e Isabel Carrasco era tal que incluso reconoce su perseverancia para mantener su puesto como ingeniera de telecomunicaciones en la institución provincial a pesar de saber que «económicamente es más beneficioso» que un puesto en el sector privado y que «el acoso sufrido por la dirigente».

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Así se lo trasladó la hija de Montserrat, autora confesa de los tres disparos que acabaron con la vida de Carrasco, a los médicos forenses que le sometieron a una prueba médica para elaborar un informe, al que ha tenido acceso leonoticias.com, para conocer sus aptitudes cognitivas y volitivas.

Fue en el 2007 cuando Triana entró a trabajar en la Diputación con la advertencia de que Isabel Carrasco, a la que sólo conocía únicamente por referencias, era una mujer «autoritaria». Sin embargo, asegura que dos o tres meses después empezó a surgir una buena relación entre ambas.

Es más, Triana aseguró que sentía que era muy valorada por la víctima, muy preocupada e interesada por ella y por saber su trabajo, participando incluso en reuniones de trabajo. Una buena sintonía que se vería truncada, según su relato, en el 2010 cuando Isabel Carrasco inició un acoso.

Relación madre-hija

Ello se tradujo en «vetos a nivel laboral, de relaciones sociales, problemas fiscales y la pérdida de la plaza a la que iba a suponer» a lo que se suma un deterioro de salud, con la consecuente pérdida de peso, viéndose obligada a acudir al médico que le acabó diagnosticando crisis de ansiedad.

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Problemas a los que Triana, según traslada a los especialistas, hace confidente a su madre a pesar de que veía que su madre lo vivía de forma «muy angustiosa», reconociendo que «no le gustaba como vivía su madre esta situación». Al que no le contó nada era a su padre «porque estaba muy ocupado», haciendo partícipes al tiempo a su círculo de amistades hasta el momento del crimen.

Una víctima

Un suceso del que niega su participación. Es más Triana reitera su inocencia, no se siente culpable de nada, se considera una víctima, a la par que justifica la acción de su madre: «Ya que esto está bien pagado con lo que paso antes».

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Durante el informe, Triana, que se muestra «consciente, coherente y lucida», además destaca el trato «injusto» que está viviendo ella y su madre en la prisión de Mansilla de las Mulas, lo que las ha obligado a interponer quejas a la dirección del centro.

Los especialista apuntan a que Triana tiene un elevado concepto de sí misma al mismo que necesita mostrar sus cualidades personales que le han llevado a conseguir un logro social, concepto que se traduce en la dificultad de poder hacer frente a las circunstancias adversas.

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