Montserrat dice que fue casual el encuentro con Isabel y no se arrepiente

Asegura que nunca realizó seguimientos a Isabel y que no estaba planeado el crimen: «No sé cómo apareció. No lo tenía que hacer al menos con tanta gente»

A. CUBILLAS

Sábado, 27 de diciembre 2014, 15:01

Montserrat González no presenta ningún síntoma de arrepentimiento. La asesina confesa de Isabel Carrasco ni se arrepiente ni lamenta haber apuntado directamente a la cabeza de la dirigente política el pasado 12 de mayo para apretar posteriormente el gatillo. Para ella, ese brutal acto era la única solución.

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«La tenía sentenciada», trasladó Montserrat a los médicos forenses que le realizaron un examen médico para analizar sus aptitudes cognitivas y volitivas. «Sé que no se puede matar pero en este caso no se podía consentir. A esa persona sólo se le podía hacer eso».

Con estas palabras, Montserrat justificó sus actos ante el acoso, según relató ante los médicos, que la que fuera presidenta del PP de León sometía a su hija Triana y que supuso «su ruina laboral, la afectación del estado de salud y sus relaciones sociales».

Así se desprende del informe forense al que ha tenido acceso leonoticias.com y que recoge el relato de una Montserrat que, a juicio de los especialistas, se muestra fría, con poca capacidad para empatizar con los demás excepto con su familia y con muy bueno concepto de sí misma.

Durante las dos entrevistas que mantuvo con los forenses, Montserrat aseguró que fue ella la que contactó con las personas para la compra del arma y la munición correspondiente, destacando la fácil accesibilidad que existe a estos círculos.

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«No sé cómo fue, no sé cómo apareció Isabel»

Según señaló, esas armas nunca las llevaba consigo, sin embargo, según señaló, el día del los hechos la cogió de forma «casual». En este sentido, asegura que jamás realizó seguimientos a Isabel Carrasco aunque sí reconoce que conocía dónde vivía.

En cualquier caso, Montserrat apuntó que el día del crimen el encuentro con la dirigente fue «fortuito». Ella había salido con su hija Triana a realizar unas compras antes de ir a Carrizo. Así, mientras su hija continuaba las compras decidió ir a dar un paseo momento en el que se encontró a la víctima.

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«No sé cómo fue, no sé cómo apareció. No lo tenía que hacer o al menos con tanta gente», trasladó Montserrat que, a partir de ese momento recuerda que sacó el arma, disparó a Isabel Carrasco y se fue.

La droga en el piso de su hija

Asimismo, durante su relato y sobre la marihuana aparecida en el piso de su hija Triana, Montserrat aseguró que durante dos años y en alguna ocasión fumaba algún poro de «forma terapéutica» por sus dolores de espalda «aunque ya no en la actualidad».

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En este sentido, aseguró que fue una amiga la que le sugirió el consumo y con quien realizaba la compra en grandes cantidades, hasta un kilo, por ser más asequible.

En cuanto a la relación con su marido asegura que mantiene un matrimonio «normal» aunque asegura que jamás ha hecho partícipe a su marido de los padecimientos que tenía su hija con la que mantiene una relación «muy buena» hasta el punto de pasar largas temporadas en su casa una vez que se independizo y con la que realizaba muchas actividades juntas.

«Hacer justicia»

Del informe, los forenses determinan que existe una falta de comunicación de Monserrat con su hija y cómo ha proyectado todas sus expectativas en su hija Triana de forma que cuando ve que se truncan se toma la decisión de «hacer justicia».

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En cualquier cosa, los expertos señalan que Montserrat no tiene alteradas sus facultades mentales y que «no presenta ninguna manifestación psicopatológica que pueda modificar sus capacidad cognitivas y volitivas que se encuentran conservadas».

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