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Theresa May, ayer en el Parlamento británico. Mark Duffy-AFP
Editorial: Última oportunidad

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EDITORIAL ·

La UE ha de procurar el mal menor y facilitar bajo condiciones que el 'brexit' se aplace unos meses para evitar una salida abrupta

El Norte

Valladolid

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Sábado, 30 de marzo 2019, 09:34

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El Parlamento de Westminster se pronunció ayer, por tercera vez, en contra del acuerdo alcanzado con la UE por la primera ministra británica, Theresa May, para hacer efectivo el 'brexit'. Ni siquiera la votación de la salida, eludiendo la discusión sobre sus condiciones precisas, sirvió para que la Cámara de los Comunes cerrara ordenadamente el primer capítulo del proceso pendiente: el de la retirada. De modo que el próximo 12 de abril podría tener que decidirse entre solicitar una prórroga larga a Bruselas para llevar a cabo la desconexión sin fijar de antemano una fecha, o por romper abruptamente con la Unión sin que medie acuerdo alguno. Desde el referéndum de 2016 hasta la fecha, la aventura del 'brexit' ha demostrado ser pura temeridad. Un ejercicio de irresponsabilidad con dolo por parte de quienes alentaron la salida del Reino Unido de la Europa comunitaria sin hacerse cargo después de la situación resultante, seguida de una sucesión de despropósitos en un desencuentro parlamentario obstinado en su irracionalidad.

El desencuentro difícilmente remitirá aunque May opte por retirarse ya de escena o anuncie el pronto final de su mandato. Llegados a este punto, la UE no tiene más remedio que esperar a que Londres se incline por el mal menor –la dilación indefinida de los plazos del 'brexit'– frente al caos que resultaría de una ruptura sin más. Aunque Bruselas se encuentra cada vez más legitimada para fijar las condiciones de tal supuesto dado que, siendo desastrosa la retirada sin acuerdo, posponer el 'brexit' sin seguridad ninguna de que al final se alcance un acuerdo razonable eternizaría la incertidumbre actual. Si no media una gestión alternativa por parte de May ante la UE, el 12 de abril el Reino Unido dejará de ser miembro de la Unión. En caso contrario, si se pospone el 'brexit' previo pacto con la Comisión y el Consejo –que se reunirá dos días antes de ese fecha–, los británicos concurrirán a las elecciones al Parlamento europeo. Ello genera no poca preocupación ante la eventualidad de que la Cámara de Estrasburgo siga contando con diputados deseosos de abandonar cuanto antes la UE, mientras sus escaños son ocupados por electos de otros países abiertamente críticos con la integración europea. Es de esperar que en los próximos diez días se abra paso un mínimo de sensatez en el comportamiento de las instituciones británicas frente al bloqueo interior que padecen, con la política y la sociedad divididas en el desconcierto.

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