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Boris Johnson. REUTERS
Tachan a Boris Johnson de «padre de las mentiras» ante el Supremo

Tachan a Boris Johnson de «padre de las mentiras» ante el Supremo

La original intervención del abogado de los demandantes reclama más equilibrio nacional y pide que se declare ilegal el cierre del Parlamento

ÍÑIGO GURRUCHAGA

Corresponsal. Londres

Miércoles, 18 de septiembre 2019, 20:39

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El Tribunal Supremo británico fue invitado este miércoles a sumarse al de apelación escocés y a fallar contra el Gobierno de Boris Johnson por suspender el Parlamento. Le fue tendida la invitación con lenguaje inusual en la corte: «La madre de los parlamentos acallada por el padre de las mentiras. En vez de permitir que las mentiras triunfen, oíd a los ángeles de vuestra mejor naturaleza y decretad que esta suspensión es ilegal».

Aidan O'Neill, que las pronunció, es abogado de la más alta cualificación, QC o consejero de la reina, ante los tribunales de Inglaterra y de Escocia, experto en ley europea, con experiencia en casos ante el Supremo. Nadie con esa trayectoria decide concluir así sus argumentos o pasar la media hora inicial dibujando a los once jueces del Supremo el panorama de historia, símbolos y poderes donde encajará su decisión.

LA CLAVE:

  • Seguimiento. 40 millones de internautas entraron en la transmisión de la apertura del caso en la sesión del martes

Señaló los motivos de la moqueta -un enlace de una rosa inglesa, un cardo escocés, hojas de puerro galesas, la flor de lino norirlandés- que sin adorno de corona representaría la tarea de los jueces uniendo las leyes de «un Estado de naciones». Enumeró los bloques de la arquitectura en la plaza en la que está el Supremo. El Gobierno en un lateral, el Parlamento enfrente, la Iglesia oficial a su derecha.

Esbozó las quiebras que tuvieron su origen en crisis constitucionales en estos cuatro poderes, enumeró las estatuas de la plaza… La presidenta del tribunal, lady Hale, le interrumpió: «Espero que pronto nos hable también de los asuntos del caso». Antes de hacerlo, O'Neill resumió su preámbulo: El tribunal debe aceptar un diálogo nacional en el que se prima a quien ofrece mayores garantías constitucionales.

El abogado representa en este procedimiento a más de setenta diputados del Parlamento de Westminster y ganó en el único tribunal que ha declarado ilegal la suspensión, el de máxima apelación en Escocia. El Supremo de Londres analiza ahora los argumentos de los que participaron en aquel caso y en el que se resolvió con el Superior, también en la capital británica, declinando juzgar la decisión del Gobierno.

Mejor enfadarse

O'Neill aclaró que su despliegue de oratoria no era una expresión de «sentimentalismo nacionalista». En el Supremo hay dos jueces escoceses; uno de ellos, lord Reed, será el próximo presidente. Los hay también de Irlanda del Norte y de Gales. Su argumento se basó en algo más amplio sobre el beneficio y los equilibrios que favorecen la distancia. Puso el ejemplo del Tribunal Constitucional de Alemania teniendo su sede en Karlsruhe y no en Berlín por contraposición a «la burbuja de Westminster».

Causó enojo o bostezos en abogados rivales, tuvo un choque rudo con el escocés Reed. «Mire enfadado, mire perturbado, pero no mire con escepticismo», le dijo al vicepresidente, levantando también la voz. No habría ya en la segunda jornada los 40 millones de internautas que entraron en la transmisión de la apertura del caso el martes, pero la audiencia a puerta cerrada y los que asistieron a las dos horas de O'Neill en la pantalla no lo olvidarán.

Que no olviden la parte central de su exposición -la de los asuntos, según la presidenta Hale- se debe a que toda la zona argumental avalada en jurisprudencia fue repetitiva de los argumentos expuestos por David Pannick sobre la importancia constitucional de la soberanía del Parlamento y el aparente intento del Gobierno de coartarla para su gestión del 'brexit'.

O'Neill fue más directo en la crítica a un Ejecutivo que presenta al tribunal cuatro documentos internos que le favorecen y que tiene una reputación de mentir. E intentó neutralizar uno de los argumentos más eficaces del abogado del Gobierno, sir James Eady, en la sesión de la mañana, contra la acusación de que el Parlamento ha sido coartado con la reducción de sus jornadas.

En vez de aprobar una norma para impedir que Boris Johnson ejecute una marcha sin acuerdo, los diputados pudieron haber introducido una ley contra la suspensión. O'Neill dijo que no sería viable, porque solo el Gobierno puede pedir la disolución a la reina. Quizás no está al día de los detalles de ese protocolo. Es el primero que interviene sin título de lord, lady o sir, como les recordó a todos en el inicio de su palabra.

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