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Merkel advierte de que el desarme debe incluir también a EE UU, Rusia y China

Merkel advierte de que el desarme debe incluir también a EE UU, Rusia y China

La canciller alemana se erige en protagonista en la Cumbre de Seguridad de Múnich al criticar a Trump por decidir su repliegue de Afganistán sin consultar a sus aliados

juan carlos barrena

Corresponsal. Berlín

Sábado, 16 de febrero 2019, 12:29

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La canciller federal, Angela Merkel, asumió este sábado inesperada, pero convincentemente, el papel de líder del mundo libre para abogar una vez más por el multilateralismo y criticar abiertamente los egoísmos de las tres grandes potencias mundiales: Estados Unidos, Rusia y China. Liberada de la presidencia de la Unión Cristianodemócrata y consciente de que le quedan a los sumo dos años de gobierno, Merkel dejó a un lado su habitual retórica diplomática y habló sin tapujos ante los asistentes a la Conferencia de Seguridad de Múnich, que interrumpieron con aplausos varias veces su discurso y la despidieron con una ovación en pie.

En presencia, entre otros, del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence; el titular ruso de Exteriores, Sergei Lavrov; y Yang Jiechi, responsable de Exteriores en el politburó del Partido Comunista chino, la canciller calificó de «noticia realmente mala» el abandono por parte de Washington y Moscú del acuerdo INF para misiles nucleares de alcance medio ignorando a los europeos, pese a que su seguridad depende del mismo.

La respuesta no debe ser «un rearme ciego», advirtió Merkel, quien dijo que se «alegraría» si China «se suma a futuras conversaciones» sobre ese tipo de armamento, que constituye el 95% de su arsenal de misiles, no sin afirmar que la «rivalidad entre las grandes potencias» supone un fuerte incremento de la presión sobre el resto del mundo.

La canciller subrayó el compromiso de Alemania en Afganistán, donde las tropas germanas «son un ancla de estabilidad» y criticó los planes de retirada de Estados Unidos. En ese sentido comentó que Washington no puede actuar de nuevo como en Siria, donde anunció el repliegue de sus fuerzas de tierra, sin consultar a sus aliados, y exigió que se coordine con los socios de la OTAN. Igualmente reconoció que las actuales estructuras de seguridad surgieron tras la Segunda Guerra Mundial y durante la Guerra Fría, pero señaló que, aunque pueden haber quedado obsoletas, «no se puede simplemente destruirlas».

«Estructuras relacionadas»

En su opinión, deben ser reformadas, en una velada referencia a política de Trump. «Debemos pensar en estructuras relacionadas», dijo Merkel, que destacó la importancia de la OTAN: «La necesitamos en tiempos tormentosos. La necesitamos como comunidad de valores». Igualmente expresó su preocupación por el hecho de que el ministerio de Comercio de Estados Unidos considere que los automóviles europeos son una amenaza para la seguridad nacional de aquel país. Tras recordar que muchos consorcios alemanes construyen sus vehículos allí y que BMW tiene su mayor fábrica en Carolina del Norte, señaló que «estaría bien celebrar conversaciones como Dios manda» y afirmó que «nos sentimos orgullosos de nuestros coches».

Merkel respondió también directamente a Mike Pence, que calificó de riesgo el gasoducto en construcción Nordstream 2 entre Siberia y Alemania. «No podemos garantizar la defensa de Occidente si nuestros socios se hacen dependientes del Este», afirmó Pence. «Una molécula de gas ruso es una molécula de gas ruso», dijo Merkel, doctora en Ciencias Físicas, para explicar que da igual que llegue a Europa a través del Báltico o cruzando Ucrania, toda vez que la dependencia de ese suministro es un hecho.

Y a la exigencia del vicepresidente de Estados Unidos de que Alemania, Francia y Gran Bretaña rompan también el acuerdo nuclear con Irán, respondió que ese pacto para evitar una bomba atómica persa es mejor que no tener nada y que Teherán ha respetado hasta ahora el documento. Sin embargo, Merkel dejó claro al principio de su intervención cuál es el objetivo último de su política: salvar el planeta. «Vivimos en una era en la que las huellas del hombre quedan tan profundamente marcadas en la Tierra que serán apreciadas por futuras generaciones», dijo la científica convertida en política.

Las pruebas nucleares, la explotación de las materias primas y hasta el microplástico en el mar, todo tiene consecuencias para la seguridad global, advirtió la jefa del Gobierno germano. «¿Quién recogerá los pedazos?», se preguntó haciendo uso del lema de la Conferencia de Seguridad. «Sólo todos juntos», fue su respuesta en un nuevo alegato a favor de la cooperación mundial.

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