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Jean Claude Junker y Michel Barnier. AFP
La UE exhibe firmeza ante las exigencias de Reino Unido

La UE exhibe firmeza ante las exigencias de Reino Unido

El presidente de la Comisión y el negociador del 'brexit' remarcan el 'no' europeo a May y aceleran los planes ante un final caótico

Salvador Arroyo

Corresponsal en Bruselas

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Miércoles, 30 de enero 2019

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La temperatura del 'Brexit' se dispara un grado más hacia ese final traumático que ni Londres ni Bruselas quieren, pero al que ninguno da hoy alternativas. El 10 de Downing Street busca revisar lo que aquí nadie quiere tocar. Y la incertidumbre está ya disparada. El propio presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker lo ha dejado claro esta tarde, durante una comparecencia en el Parlamento Europeo: después de la votación del martes en Westminster «aumenta el riesgo de una retirada caótica del Reino Unido y debemos prepararnos para todas las hipótesis, incluso la menos favorable».

El máximo responsable del Ejecutivo comunitario ha remarcado así que nada cambia en la negociación salvo que el plazo se agota. A menos de 60 días de la fecha fijada para el divorcio del Reino Unido de la UE «no se va a renegociar» el Acuerdo de Retirada que Theresa May suscribió con el resto de sus colegas europeos el pasado 25 de noviembre. Entre otras cosas porque «es resultado de la buena voluntad de la UE y es el único posible. Se dijo en noviembre, en diciembre y en enero. No se va a renegociar», subrayó el luxemburgués.

Un tono de firmeza que elevó al referirse a la variable más controvertida para los británicos, el 'backstop' o salvaguarda irlandesa. «A veces creo que se espera (en Londres) que los 26 abandonen esa solución y abandonen a Irlanda. Pero no va a ser así porque esa solución tiene que ver con la definición de la UE». Y tras recordar que ambas partes han dejado claro que no puede volverse «a los tiempos oscuros del pasado y que no puede haber frontera en Irlanda», la red de seguridad que se propone para evitar una frontera dura en la isla «la necesitamos para protegernos del riesgo, aunque no queramos utilizarla».

Y en este punto se refirió a una de hipótesis barajadas por Londres y que incluso llegó a ser 'escuchada' por uno de los países del bloque (Polonia); la posibilidad de poner una fecha límite a esa salvaguarda. «Si se puede retirar en cualquier momento, desde luego no es una garantía», apostilló Juncker quien se mostró dispuesto a «seguir manteniendo contactos estrechos con May a la que respeto, y escuchando sus ideas, pero la posición de las UE es clara».

La Comisión Europea ha acelerado los preparativos para un 'Brexit' abrupto. Lo viene haciendo desde diciembre. Sobre la mesa existen 88 notificaciones sobre aspectos concretos y 18 propuestas legislativas para minimizar los daños más inmediatos de esa ruptura (las últimas referidas al programa Erasmus, las pensiones y los presupuestos) se han presentado esta misma mañana. Además, Bruselas ha enviado equipos negociadores a todas las capitales para responder a las dudas de los Gobiernos y de agentes sociales y económicos.

El luxemburgués ha subrayado la necesidad de que los 27 no rompan el frente común que han mantenido en los casi dos años de negociaciones con el Reino Unido. «La UE debe conservar la calma y permanecer unida y determinada. La norma de oro a seguir -ha asegurado- es no perder de vista los beneficios del acuerdo ni de la declaración política». En última instancia, se ha confesado «optimista» y «convencido» de que se conseguirá lograr un acuerdo para «avanzar y seguir adelante en esa nueva asociación» del club con el que sería ya un Tercer Estado.

Tras la intervención del Juncker, ha tomado la palabra, Michel Barnier, negociador principal de la UE. El francés ha evidenciado que desde el martes, por primera vez, Theresa May realiza un llamamiento expreso en favor de reabrir el acuerdo de retirada, «dejando claro que se distancia del acuerdo que ella misma negoció». La situación actual es que la 'enmienda Brady' propone canjear el 'backstop' por arreglos alternativos que no se han definido y, al mismo tiempo Westminster rechaza un 'Brexit' sin acuerdo, sin plantear los medios que lo evitarían». Conclusión: «Este es un momento muy grave, de una seriedad extrema».

Controles necesarios

Barnier ha insistido en que 'backstop' es una solución «realista» al problema que ha marcado la larga negociación del 'Brexit'. Porque conjuga el que pueda resurgir una frontera dura en Irlanda (mantener condiciones de paz, estabilidad y diálogo), «que el Gobierno Británico mantenga Gran Bretaña e Irlanda del Norte en un territorio aduanero único y nosotros la integridad del mercado interior». Una solución que, ha remarcado, garantiza también la seguridad de 500 millones de consumidores europeos porque «todos los productos animales y los animales vivos que lleguen a Irlanda de Norte de Gran Bretaña entran en nuestro mercado y son necesarios controles, los mismos que hacemos en todas nuestras fronteras exteriores» de carácter fiscal, sanitarios, veterinarios y reglamentarios.

El negociador del 'Brexit' ha vuelto a proponer a Reino Unido que renuncie a sus líneas rojas y acepte una unión aduanera., aseverando que los 27 «están y seguirán dispuestos a ser más ambiciosos y reformular nuestra futura relación económica si la solicitud británica va más allá de un simple acuerdo de libre cambio». «Estaremos dispuestos a debatir con más ambición, pero hoy, a falta de una solución clara e identificable hay que prepararse y contar con las medidas suficientes de contingencia».

En nombre del Consejo Europeo, Melania Ciot, se ha sumado al clima de tensión que se respira tras la última votación en Westminster, que no ha dudado en calificar de «lamentable». Porque el legislativo «no muestra claridad sobre la línea a seguir, sino más incertidumbre». Sin abandonar la esencia del mensaje, ha planteado en al menso dos ocasiones que el Acuerdo de Retirada es el «mejor» y que la situación actual «hace más probable la salida desordenada». «Los operadores económicos cada vez alzan más su voz para referirse a esta incertidumbre, incluso en los plazos». Una situación que pone a prueba la consistencia de la UE. Un test. «Hay que resistirse a la tentación de acuerdos bilaterales y reaccionar con rapidez desarrollando los planes de contingencia», zanjó.

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