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La primera ministra británica, Theresa May, y su esposo asistieron, este domingo, a la ceremonia religiosa en la iglesia local, en Maidenhead. efe
Comienza la cuenta atrás para el 'brexit'

Comienza la cuenta atrás para el 'brexit'

Theresa May advierte al Parlamento de que un rechazo al Acuerdo de salida pactado con la UE aboca a Reino Unido a un «territorio inexplorado»

lourdes gómez

Londres

Domingo, 6 de enero 2019, 15:46

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La batalla del 'brexit' retorna este lunes al Parlamento británico. Los diputados regresan a Westminster con sus posiciones prácticamente inmutables respecto al plan de retirada de la Unión Europea negociado por el Gobierno de Theresa May. Sin rectificaciones de los términos acordados -en particular sobre la cuestión fronteriza en Irlanda- la primera ministra se enfrenta a la derrota en la Cámara de los Comunes. En diciembre echó el freno al proceso de ratificación pero el calendario no favorece otro retraso en la cuenta atrás hasta la ruptura legal con la UE, el 29 de marzo. El prometido 'voto significativo' está ahora previsto en la próxima semana.

Con todo en contra, May advirtió este domingo de que Reino Unido se adentrará en un «territorio inexplorado» si el Parlamento rechaza este mes el acuerdo. En una entrevista con la BBC, insistió en que espera obtener en los próximos días nuevas garantías por parte de la UE que aporten «confianza» a los críticos.

EL DATO

  • 22% es el porcentaje de británicos que respalda el Acuerdo del 'brexit' firmado con Bruselas, según la encuesta de YouGov publicada este domingo. El 53% quiere un segundo referéndum y el 63% prefiere seguir en la UE a aplicar el Acuerdo.

May suspendió la votación de diciembre para salvar su Acuerdo, que aprobó el Consejo Europeo en noviembre. En este tiempo extra ha adjudicado títulos de caballero y otros rangos del Imperio británico a recalcitrantes euroescépticos de las bancadas conservadoras. Ha instado a reflexionar sobre el deber nacional y confiado en que las asociaciones locales presionen a sus representantes a acatar la línea gubernamental. También ha creído que el hartazgo del electorado ante la parálisis del 'brexit' dos años y medio después del referéndum podría forzar a diputados de otros partidos a apoyar el acuerdo.

Pero la aritmética sigue en contra de la primera ministra. «El Acuerdo de retirada, en su forma actual, va en contra de los compromisos del Gobierno respecto a Irlanda del Norte», advirtió el jueves Nigel Dodd, del Partido Democrático Unionista (DUP), tras reunirse con May en Downing Street. El DUP rechaza la 'backstop' o salvaguarda contra el resurgir de instalaciones fronterizas entre Ulster y la República de Irlanda después del 'brexit', que forma parte del texto legal del acuerdo. «Está claro que nadie va a construir jamás tal frontera», recalcó Dodds haciéndose eco del sentimiento de los 'brexiteros' radicales.

Los unionistas retirarán el respaldo que ha asegurado la mayoría gubernamental de May sin un compromiso que restrinja el mecanismo de aduanas y paridad regulatoria de la 'salvaguarda'. Coinciden con el sector duro 'tory' en reclamar un texto jurídico que defina los límites temporales y la soberanía del Reino Unido para romper unilateralmente la unión aduanera que se establecería durante la negociación de un nuevo acuerdo comercial con la UE.

Nuevas medidas en mente

«Estamos dispuestos a ofrecer garantías y reconfirmaciones a Reino Unido, pero no garantías que contradigan o modifiquen lo que se acordó en noviembre», replicó el primer ministro irlandés, Leo Varadkar. «No puede ser algo que haga inoperable el 'backstop'», dijo después de comunicarse con la canciller Angela Merkel. Fuentes comunitarias insisten en que no hay espacio para la renegociación.

May seguirá pidiendo aclaraciones a la UE, y este domingo adelantó que prepara nuevas medidas para convencer a los 'tories' escépticos y al DUP. Pero, de momento, nadie apuesta por un arreglo inmediato al problema irlandés. Ni por un voto a favor del plan 'brexit' gubernamental que está «moribundo», según vaticinó este fin de semana el exministro Ken Clarke. Dos sondeos recientes indican que el 59% de los afiliados conservadores es contrario al pacto acordado por su líder. El desfase de opiniones entre la militancia y el liderazgo es igualmente pronunciado en el laborismo: el 72% quiere que Jeremy Corbyn respalde un segundo referéndum sobre el 'brexit'.

Los 'horrores' de una salida sin acuerdo

Unos 150 camiones de gran tonelaje entrarán en acción este lunes en un simulacro del caos que una salida sin acuerdo de la Unión Europea puede causar en las carreteras del sur de Inglaterra. El ejercicio forma parte de la 'Operación Brock', que convertirá un aeródromo de Kent y una sección de la autopista entre Londres y Dover en aparcamiento para mitigar el impacto de atascos. Según datos portuarios, un retraso de dos minutos, mientras se revisan documentación y mercancías procedentes de la UE, puede causar colas de hasta 30 kilómetros en los accesos a la terminal de ferris.

El ensayo con camiones encaja en los preparativos de un divorcio desordenado. Para los partidarios del 'brexit', son artimañas costosas de la campaña para asustar a la población. «El Gobierno está claramente decidido a jugar con los supuestos horrores de la retirada sin acuerdo con la esperanza de persuadir a diputados a votar en favor del indeseado 'borrador' de acuerdo de la UE», denunció el sábado el exministro y actual lord tory, Peter Lilley.

La previsión de vías adicionales para el transporte marítimo de productos básicos -desde medicinas a alimentos- ha sido objeto de críticas y burlas. Una contrata de unos 15 millones de euros se adjudicó a una compañía británica que carece de barcos en propiedad o alquiler. Seaborne Freight pretende reabrir la ruta Ramsgate-Ostende (Bélgica) antes del 29 de marzo, aunque el necesario drenaje del muelle inglés solo comenzó días atrás. Según los medios, la Hacienda británica obligó a cerrar, por impagos, el negocio anterior de los directores de Seaborne. Tampoco pasó desapercibido un error en la web de la empresa que incluía secciones aparentemente copiadas de un servicio de comidas a domicilio. El ministro de Transporte defendió su decisión de confiar en una «empresa británica emergente», junto a dos firmas establecidas extranjeras que también se llevaron su tajo en la crisis del 'brexit' sin acuerdo.

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