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El líder opositor ruso Alexei Navalni sale del centro de detención en 2015.
Persiste el temor por la salud de Navalni, de vuelta en prisión

Persiste el temor por la salud de Navalni, de vuelta en prisión

El líder opositor ruso, que sufre irritaciones de origen desconocido en ojos, párpados y parte de la cara, pasó un día en el hospital y recibió el alta este lunes

Rafael M. Mañueco

Corresponsal en Moscú (Rusia)

Lunes, 29 de julio 2019, 20:14

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El abogado anticorrupción y principal líder opositor ruso, Alexéi Navalni, de 43 años de edad, fue ayer dado de alta en el hospital número 64 de Moscú y trasladado de nuevo al centro penitenciario en donde deberá pasar 25 días más, hasta completar los 30 a los que fue condenado el día 24 por convocar manifestaciones «ilegales». Sin embargo, no se ha esclarecido aún el motivo por el que fue hospitalizado repentinamente el domingo. Él permanece completamente incomunicado en el calabozo.

La versión oficial es que sufrió una «reacción alérgica aguda», pero este domingo la abogada de Navalni, Olga Mijáilova, declaró que «fue envenenado con alguna sustancia química desconocida», que actuó a través de la piel y provocó una irritación cutánea tan virulenta que su oftalmóloga, Anastasía Vasílieva, llegó a calificarla el domingo de «quemadura». Le ha afectado a los párpados, a uno de los ojos y a algunas partes de la cara.

Vasílieva, que ayer sí fue autorizada a examinar con mayor detenimiento al dirigente opositor, cree que los médicos le han dado el alta demasiado pronto, ya que, a su juicio, «necesita seguir siendo tratado». Teme además que estando en la cárcel su salud pueda correr peligro. «Evidentemente, Alexéi ha sido reenviado a prisión por órdenes de arriba», dijo la doctora, que deplora además el hecho de que en el hospital «nadie haya querido investigar para averiguar qué sustancia ha provocado la afección». Vasílieva aseguró que vio ayer a Navalni mejor que el domingo y ya no hablaba de quemadura sino de «dermatitis y sarpullido». La conjuntivitis al parecer, también ha remitido.

Según Vasílieva, se ha solicitado un examen independiente que determine qué sustancia intoxicó a Navalni, cómo, dónde exactamente y en qué momento. En declaraciones al canal RainTV, la oftalmóloga dijo: «Hemos tomado muestras del cabello y su camiseta para realizar un análisis independiente, y los resultados serán posiblemente enviados a Europa».

Por su parte, los empleados del centro de detención, según informa la radio Eco de Moscú, han recogido muestras del agua y alimentos suministrados a Navalni, de las sábanas de su catre y hasta del jabón y las toallitas húmedas que utilizó. El líder opositor tuvo cuatro compañeros de celda hasta el sábado, cuando fueron liberados tres. Pero del único compañero que tenía el domingo hasta antes de ser hospitalizado no se sospecha nada y además no ha mostrado ningún síntoma anormal que pudiera hacer pensar que la misma sustancia que envenenó a Navalni le hubiera afectado a él.

Es verdad, sin embargo, que el abogado y bloguero anticorrupción ha desenmascarado corruptelas cometidas por numerosos altos cargos rusos como el primer ministro, Dmitri Medvédev, el presidente de la Duma (Cámara Baja) Viacheslav Volodin, o el fiscal general, Yuri Chaika. Fue sonado el vídeo que difundió con el resultado de una investigación que implica al jefe de la Guardia Nacional, el general Vladímir Zólotov, en una trama para desviar miles de millones de rublos del presupuesto destinado a la compra de vituallas para los integrantes de su destacamento armado.

Como consecuencia de ello, Zólotov insultó a Navalni y le retó a un duelo en cualquier modalidad de lucha. «Le prometo que le haré picadillo en un par de minutos», afirmó sin ambages el general ruso al dirigente opositor. «Si se vuelve a permitir en sus revelaciones un tono ofensivo y calumnioso contra mi persona o mi familia, le prometo que antes de pasarle por encima y limpiarme las botas con usted, montaré un espectáculo para todo el personal de la Guardia Nacional», amenazó Zólotov.

Mientras tanto, la represión continúa contra quienes protestan por la exclusión de candidatos opositores a los comicios locales en Moscú del próximo 8 de septiembre. Ayer fue condenado a 10 días de prisión, otro dirigente del movimiento extraparlamentario, Iliá Yashin, también por llamar a participar en las movilizaciones. Yashin fue uno de los casi 1.400 manifestantes detenidos el sábado en Moscú y ayer le fue dictada la sentencia. También ayer se supo que entre esas 1.373 personas arrestadas había 47 menores de edad. Informó de ello el Defensor del Menor de Moscú, Evgueni Bumínovich. Así mismo, la dura intervención policial causó 77 heridos de distinta consideración.

Para el próximo sábado 3 de agosto ha sido convocada otra gran manifestación para obligar a la Comisión Electoral a registrar como candidatos a todos los opositores excluidos. Constituirá un nuevo pulso con las autoridades que conducirá seguramente a nuevas cargas policiales, detenciones y condenas administrativas.

El Kremlin entiende la democracia como un derecho exclusivamente suyo a poder decidir quién debe acceder a los cargos públicos que se dilucidan en la votación y quién no. Lo mismo sucede con la propaganda electoral, unos gozan del privilegio de estar todo el día en las televisiones públicas mientras otros no aparecen nunca, como es el caso de Navalni, salvo para contar que sus continuas penas de prisión son consecuencia de sus «acciones ilegales».

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