Las tropas iraquíes lanzan una operación para liberar la zona al este de Ramadi
Se trata de la primera contraofensiva en Al Anbar tras la toma de la ciudad por parte del Estado Islámico
EFE
Sábado, 23 de mayo 2015, 13:33
Las tropas iraquíes, apoyadas por milicianos chiíes y combatientes tribales suníes, han iniciado hoy una operación para expulsar a los yihadistas del Estado Islámico (EI) de la población de Hasiba, 20 kilómetros al este de Ramadi.
Una fuente de la Policía iraquí ha informado de que por el momento las fuerzas gubernamentales han logrado recuperar el control de la comisaría de Hasiba. Esta localidad cayó en manos de los yihadistas el pasado jueves, cuatro días después de que el Estado Islámico se hiciera con el control de Ramadi, la capital de la provincia occidental de Al Anbar y a poco más de 100 kilómetros de Bagdad.
Se trata de la primera contraofensiva en Al Anbar tras la toma de Ramadi por parte del Estado Islámico y se produce tras la llegada de refuerzos de milicianos chiíes y de combatientes tribales suníes. Ayer, el Estado Islámico atacó a las tropas en la periferia de Hasiba e hizo explotar varios coches bomba contra las posiciones del Ejército, aunque no logró un avance sobre el terreno.
Hasiba está próxima a las áreas de Al Habaniya y Al Jaldiya, donde las fuerzas gubernamentales y los milicianos chiíes se preparan para lanzar una ofensiva para recuperar Ramadi. Cerca de Al Jaldiya, seis yihadistas han muerto hoy y ocho han resultado heridos en un bombardeo de la coalición internacional contra sus posiciones.
Ataque de los yihadistas en la provincia de Saladino
Al margen de Al Anbar, en la provincia de Saladino, donde todavía quedan bolsas de yihadistas, los radicales han lanzado un ataque contra las tropas en Hamrin, a la altura del campo petrolero de Alas. Primero hicieron explotar un coche bomba en la zona, situada a 40 kilómetros al este de Tikrit, capital de Saladino, lo que fue seguido de enfrentamientos entre ambos bandos.
La pérdida de Ramadi el pasado domingo supuso un duro revés para el Gobierno iraquí, que anunció después de la liberación de Saladino que su siguiente objetivo era la expulsión del Estado Islámico de Al Anbar y luego de la provincia septentrional de Nínive.